Menú
Juan Manuel Rodríguez

Sufre usted el "Síndrome Gould de fatiga futbolística"

El "bon vivant" John Benjamin Toshack siempre supo tomarse la vida con filosofía, la suya: "Todos los entrenadores son despedidos, pero es mejor ser despedido por el Real Madrid que por otro club"

Bobby Gould, entrenador del Peterborough United, equipo de la cuarta división inglesa de fútbol, dimitió este miércoles en el descanso del partido que enfrentaba a su equipo con el Bristol City. ¡Y sólo perdía por 1-0!... Hizo las maletas en el descanso, estuvo charlando unos minutos con el presidente del club y, sólo cuando el equipo estaba saltando al césped, comentó que se largaba: "Me voy, no quiero saber nada más de este equipo". Gould tiene 58 años y ha entrenado a Cardiff, Coventry City, West Bromwich Albion y Bristol Rovers. Incluso llegó a ser durante cuatro años seleccionador nacional del País de Gales, y en 1998, con él en el banquillo, el Wimbledon llegó a la final de Copa contra el Liverpool. En definitiva, Bobby Gould dista mucho de ser un novato, un palomo que no conozca los entresijos del negocio, y sin embargo ayer dijo "¡basta!" y se marchó a su casa. Así de simple. Ordenó sus cosas y su fue.
 
Brian Clough, técnico del Derby County y el Nottingham Forest, lo explicaba de la siguiente forma: "Si el zorro es listo encuentra un agujero y se esconde. Si es descubierto, excava hacia arriba y se lanza contra los perros. Pero un entrenador nunca ha encontrado un agujero donde esconderse". El presentador de televisión Michael Parkinson iba un poco más allá al decir que "aparte del paracaididismo, no conozco ocupación más arriesgada que la de entrenador de fútbol". Gould, harto de no encontrar un agujero libre en el que poder refugiarse, cansado de tirarse en paracaidas, sólo supo decir adiós.
 
Todo hace indicar que el pobre Bobby estaba saciado, molido por tanto banquillo, rendido de tanto ordenar desde la banda. Es posible, sólo posible, que, sin él saberlo, Bobby Gould haya inaugurado un síndrome, el "síndrome de fatiga futbolística", que llevaría su propio nombre y que sería conocido a partir de ahora como el "síndrome Gould". Bobby no ha cumplido sesenta años, pero parece que haya apagado ya las ochenta velas. Sus cejas conservan el moreno natural, pero en su cabeza sólo hay canas. Gould tiene unos diminutos ojos negros y su cara transmite una enorme sensación de cansancio. Le ha traicionado su deseo de superación y su afán de trascendencia en un club que se hunde en la cuarta división. En absoluto tiene que ver, por cierto, con José Antonio Camacho, un "noble" de los banquillos que saltó a la selección nacional española sin mucho sufrimiento. Tampoco con el "bon vivant" John Benjamin Toshack, quien siempre supo tomarse la vida con filosofía, la suya: "Todos los entrenadores son despedidos, pero es mejor ser despedido por el Real Madrid que por otro club". J.B. tampoco sufría el "síndrome Gould".

En Deportes

    0
    comentarios