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EDITORIAL

El “talante” de las purgas de Gallizo

Si Gallizo, con esta masiva depuración, da ahora muestras de su “talante”, hay que recordar que la nueva Directora General ya puso en evidencia su “talento” este verano con sus propuestas para reducir la densidad de la población reclusa

La alternancia en un sistema democrático conlleva lógicamente un relevo en la dirección política que no es, o no debería ser, extensible a la función pública practicado por profesionales funcionarios, a los que no les debería afectar las vicisitudes de los partidos. Algo parecido a lo que debería pasar y que no va a pasar en el seno del CGPJ, como ya no ha pasado en el seno de RTVE, o hasta en la mismísima cúpula militar.
 
En una nueva muestra del “talante” del Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero, la nueva Directora General de Instituciones Penitenciarias ha decidido cambiar, así, de una tacada, nada menos que a la mitad de los directores de las cárceles españolas. ¿Razones profesionales? No lo parece, oyendo al ministro del Interior, quien no ha podido aducir una sola, salvo el deseo de Mellizo de tener gente “de su confianza”. Lo cierto es que, gracias a la “muy de confianza” directora general de Instituciones Penitenciarias, dependiente del “muy de confianza” ministro del Interior, nada menos que veinte directores de prisiones serán cesados, mientras que otros diez serán destinados a la dirección de otros centros penitenciarios.
 
Esto parece, en versión incruenta, aquella máxima leninista del “todo el poder para los soviets”, pensamiento de extrema izquierda a la que la señora Gallizo no debe ser muy ajena desde aquellos tiempos de militancia en Izquierda Unida.
 
Y es que, esto de la “confianza” no es necesario para que la directora general y el ministro del Interior sepan en todo momento qué ocurre en los centros penitenciarios; cosa muy distinta es que lo que se pretende con esta purga sólo ella y gente de su confianza política lo saben. Sobretodo viendo la más que lamentable reacción que tuvo la señora Gallizo ante la advertencia hecha publica por funcionarios de prisiones que aseguraron que en la cárcel salmantina de Topas operaban grupos islamistas perfectamente organizados. Gallizo se limitó entonces a decir que todo eran “exageraciones” no carentes de “cierta xenofobia”. Vamos, que no contenta con negarse a reconocer y asumir el problema, denigraba como racistas a aquellos que lo habían denunciado.
 
Téngase en cuenta que llueve sobre mojado. Si Gallizo, con esta masiva depuración, da ahora muestras de su “talante”, hay que recordar que la nueva Directora General ya puso en evidencia su “talento” este verano al proponer, como medida para reducir la densidad de la población reclusa, nada menos que el abaratamiento de la concesión del tercer grado. Vamos, que por lo visto no son suficientes los delitos —incluidos violaciones y asesinatos— que perpetran delincuentes aprovechando esa concesión de beneficios penitenciarios.
 
En fin, viendo como se las gasta, esto del “talante” está empezando a ser cada día más para echarse a temblar.

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