Lo que les pasa a los directivos del Newcastle United es lo que le pasaba al ladrón que gritaba, sin que nadie le hubiera acusado, aquello de "¡yo no tengo nada que ver con el robo de la gallina!". Han salido a la palestra diciendo que no tienen nada de lo que avergonzarse por el traspaso de Jonathan Woodgate al Real Madrid, como si alguien de la "casa blanca" les hubiera acusado de "robar la gallina". Luego, el presidente del equipo inglés, Freddy Shepherd, dice que "ellos sabían lo que hacían cuando ficharon al jugador", y añade: "Aquí contamos con grandes profesionales que hicieron todo lo posible para que se recuperara".
Parece que el futbolista fue visitado por cuatro médicos alemanes y uno español antes de fichar por el Madrid... ¿Eran ginecólogos, o qué? Es realmente inexplicable, por mucha recomendación de José Antonio Camacho y mucho niño muerto que hubiera por medio, que un club con la experiencia del Real Madrid fichara a un futbolista lesionado, y más aún con el desalentador historial médico que tenía este defensa central. El otro día hablaba en "El Tirachinas" de Madrid con el doctor Del Corral, colocado ahora injustamente en el "ojo del huracán", y me explicaba detalladamente que él ya informó en su momento al club de que Woodgate tenía un "músculo de riesgo". ¿Por qué acometieron entonces una operación suicida" cuyo coste ascendió a veintidós millones de euros?... Inexplicable.
La buena noticia que llega desde la Cleveland Clinic Foundation es que Woodgate no tendrá que pasar por el quirófano. El doctor John Bergfeld, al parecer una eminencia en este tipo de dolencias, ha dicho que será suficiente con la rehabilitación que se está llevando a cabo hasta el momento. Si todo marcha bien, Woodgate aparecerá en enero de 2005, con el nacimiento del año nuevo. Supongo que Florentino Pérez estará dando saltos de alegría, ¿a que sí?