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Juan Manuel Rodríguez

Nuestro chico de la moto

Nuestro particular chico español de la moto, es Dani Pedrosa, indomable campeón del mundo de 250 centímetros cúbicos

Motociclistas y boxeadores suelen quedar generalmente bien retratados con estereotipos como "libertad", "independencia", "espontaneidad" o "libre albedrío" porque, siendo la suya una opción tan respetable como cualquier otra, no es menos cierto tampoco que su actividad entraña riesgos necesarios que no incluyen la mayoría de disciplinas deportivas. Los chicos cogen la moto a hurtadillas o cruzan los guantes a espaldas de sus padres por idéntico motivo que el "maletilla" se aventura a ponerse delante de un toro bajo la luz de la luna. Ellos coquetean con la muerte a cada instante, les espera a la vuelta de cualquier curva mal tomada o detrás del crochet infortunado de alguien que se creyó más inteligente, más fuerte y poderoso, de ahí que exista una suerte de rebeldía militante, intransigente y plenamente consciente a la hora de llevar adelante su propósito. En su riesgo radica precisamente su privilegio con respecto a todos los demás.

El cine ha sabido explotar muy bien ese atrevimiento con películas como "The Wild One" (Salvaje), en la que un jovencísimo Marlon Brando iba a lomos de su "Triumph" con gorra y chupa negras, "Easy Rider" (Buscando mi Destino) o "La ley de la Calle", con Mickey Rourke interpretando al "chico de la moto". El nuestro, nuestro particular chico español de la moto, es Dani Pedrosa, indomable campeón del mundo de 250 centímetros cúbicos. Alberto Puig supo ver en aquel niño que acabó octavo en la MoviStar Cup con tan sólo trece años el punto necesario de rebeldía y tesón imprescindibles para convertirse en un gran campeón, el bicampeón mundial más joven de la historia, hecho del que no puede presumir ni siquiera el gran Valentino Rossi.

Pedrosa se ha proclamado campeón mundial en Phillip Island (Australia), el mismo circuito en el que hace tan sólo un año se rompió los dos tobillos una semana después de convertirse en campeón de 125 centímetros cúbicos. No le hizo falta transición entre cilindrada y cilindrada, y ahora hay quien sueña con un duelo en la cumbre entre él y el "doctor" italiano. Aquellos que decían que no podría con una moto tan grande cuando dio el salto de cilindrada son los mismos que le han acribillado con el tema de su peso (46 kilos) como la explicación más plausible de su arrollador éxito deportivo. Pero Dani aguantó y ganó. Volvió a ganar... ¿Cuánto pesará el corazón de un gran campeón? ¿Y en qué báscula habremos de pesarlo?.
 

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