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No era Irak, ni tampoco Aznar

Esperemos que el Gobierno asuma de verdad que a los terroristas islámicos se les combate mejor con acciones preventivas como ésta y no después de que hayan cometido sus fechorías

El socialismo español siempre ha creído que el terrorismo, incluso el más brutal, tiene unas causas que lo explican. Sobre los ataques del 11-M, asoció esa matanza con la presencia de tropas españolas en Irak y con la actitud de estrecha colaboración del presidente Aznar hacia los Estados Unidos de George W. Bush. Sólo Trinidad Jiménez, todo hay que reconocerlo, se desmarcó de la corriente generalizada en su partido y afirmó que no veía una causa directa entre la retirada de Irak y una mayor seguridad respecto a la amenaza islamista. Claro que esas declaraciones las realizó al poco de conocerse el intento de voladura de la línea del AVE, días después del fatídico 11-M y ya con el PSOE de Zapatero en plena formación del gobierno. Con todo, la sensación transmitida por los socialistas es que, una vez acabado el despliegue en suelo iraquí y rotas las relaciones con Bush de manera ostentosa, la bestia del terrorismo islámico quedaba conjurada.
 
Pues bien, esta mañana España se ha despertado con la detención de al menos ocho islamistas acusados de estar planeando un brutal atentado contra la Audiencia Nacional. La Policía, tal vez escarmentada de su fracaso en el 11-M, tal vez impulsada por los dirigentes de Interior para lograr una acción espectacular, ha capturado a los supuestos terroristas muy al principio de sus planes. Al menos por los detalles que se han ido conociendo, contaban todavía con poco dinero para realizar los pagos de los explosivos, y éstos no habían sido comprados tampoco. Se trataría, por tanto, de un grupo con intenciones letales más que, hoy por hoy, de capacidades mortales. Esperemos que el Gobierno asuma de verdad que a los terroristas islámicos se les combate mejor con acciones preventivas como ésta y no después de que hayan cometido sus fechorías.
 
En segundo lugar, cabe preguntarse sobre el por qué de este atentado frustrado a tiempo por la acción policial. ¿No será que Aznar va a tener razón cuando habla de que el problema de España con Al Qaeda no tiene su raíz en Irak sino en la Reconquista? Sea como fuere, lo que sí parece obvio es que este presunto ataque islámico no tenía nada que ver con la política española hacia Irak.
 
Tercero, de la lista de detenidos se ve rápidamente la tupida red internacional del terrorismo islámico, pero también queda patente que el descontrol de la inmigración musulmana, legal o ilegal, es una creciente vulnerabilidad para los españoles. Uno de los detenidos, al parecer, es un ilegal en nuestro país. Las pateras suelen despertar lo humanitario en muchas personas de gran corazón y en muchas instituciones, pero convendría que también incitara a un mayor control policial, porque ese es un agujero negro por el que se puede colar un nuevo atentado.
 
Por último, ha quedado de relieve que la política de prisiones del actual Gobierno es absolutamente perjudicial para prevenir el aumento de la osadía de los terroristas islámicos. Ni siquiera ha servido para tener más conocimiento sobre sus actividades.

GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.

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