De todos los errores que está cometiendo el Gobierno socialista, su política de inmigración será la que produzca resultados más desastrosos a largo plazo. El reglamento planteado por el Gobierno a los agentes sociales va justo en la dirección contraria a la que deberíamos tomar en este difícil asunto. La política de papeles para todos, combinada con un deterioro en el control de nuestras fronteras, terminará produciendo un deterioro progresivo de nuestro mermado estado del bienestar, aumentará la inseguridad ciudadana y supone un riesgo añadido para la implantación de redes terroristas en nuestro país.
En España se ha regularizado por una u otra vía en torno a dos millones de inmigrantes ilegales en los últimos años. La experiencia demuestra que la bolsa de ilegales se llena con mayor rapidez en la medida en que más rápido se vacía. Una política que garantice que cualquiera que penetre ilegalmente en nuestro territorio terminará por obtener un estatus legal en poco tiempo incentivará la llegada de un flujo de inmigrantes irregulares cada vez mayor.
La política a aplicar debería ser justo la contraria. Un control más eficaz de nuestras fronteras que actualmente son coladeros no sólo de inmigrantes sino de drogas y otros tráficos ilícitos. Una política de repatriación de los ilegales interceptados que obligue a los estados de origen a readmitir con inmediatez a sus conciudadanos. Y una acción policial eficaz que permita identificar y detener a quines ya se encuentra de forma ilegal en nuestro país.
Por el contrario, el Gobierno ha ralentizado proyectos como el SIVE de la Guardia Civil que son esenciales para la una vigilancia más eficaz de nuestra frontera marítima. En los aeropuertos no se imponen nuevos sistemas de control biométricos que permitieran un control más riguroso de las falsificaciones. Nos oponemos a iniciativas europeas como la creación de Centros de Acogida en los países del Norte de África. Los ilegales se pasean impunemente por nuestras ciudades.
La regularización masiva de ilegales que se propone ahora el Gobierno es posible que aporte algunos euros frescos a las arcas públicas y maquille las estadísticas de empleo, pero a largo plazo supondrá un coste no asumible para nuestro deteriorado sistema de bienestar, incrementará el número de delitos en aquellas áreas donde se concentren mayor número de inmigrantes y otorgará mayores facilidades a la implantación de redes terroristas dadas las crecientes conexiones entre el crimen organizado, el tráfico de seres humanos y las organizaciones terroristas.
GEES, Grupo de Estudios Estratégicos