En público, Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional, avala la candidadura madrileña para 2012, niega que Londres haya quedado apeada de la carrera olímpica tras el escándalo de corrupción destapado en su día por la BBC, califica los Juegos de Atenas como de auténtico ensueño y muestra su excitación por lo que él define como "despertar asiático". En privado, el doctor Rogge es un francófono de mucho cuidado, un hombre acostumbrado a hacerle las labores de "fontanería" a Juan Antonio Samaranch.
Habrá quien piense inocentemente que el presidente del COI esperará hasta el próximo 6 de julio para tomar una decisión sobre qué ciudad (yo creo que el debate se centra en París y Madrid) organizará finalmente los Juegos de 2012. Mi opinión es que Jacques Rogge ya se ha inclinado por París. Y la noticia que desvelan nuestros compañeros de El Mundo sobre las presiones recibidas por el atleta marroquí Hicham El Guerrouj para evitar que fuera a recoger el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes casa perfectamente con ese perfil de francófono y fontanero, la "doble efe", del señor Rogge.
Se atribuye la siguiente frase al padre de John Fitzgerald Kennedy: "No compres ni un voto más de los necesarios. No voy a ser tan necio como para pagar por una victoria aplastante". Si Rogge fue capaz de aprender algo a la sombra de Samaranch, la victoria de París sobre Madrid no será aplastante sino muy ajustada, una derrota honrosa que permita al equipo que dirige Feliciano Mayoral marcharse de Singapur con la cabeza bien alta y, sobre todo, con la intención decidida de volver a intentarlo de nuevo en el futuro.