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Ignacio Villa

¿Esto es llevarse bien?

No existía ninguna duda sobre la nula independencia de Zapatero a la hora de gobernar; pero ahora con todo lo ocurrido la historia canta por sí sola: Zapatero no gobierna, lo hace el tripartito catalán

Esto no ha hecho más que empezar. El enfrentamiento entre Rodríguez Zapatero y Pascual Maragall ha existido, aunque ahora intenten poner normalidad en esa relación. ¿Es normal amenazar con llevar a los Tribunales al presidente del Gobierno? Hasta ahora, que se sepa, en España no era la práctica habitual. Lo que ocurre es que, sí esa es la dinámica normal del Gobierno catalán, que Zapatero se prepare.
 
Las amenazas de Pascual Maragall a Zapatero nos dejan una realidad espeluznante. El presidente del Gobierno español se ha quedado sin excusas y sin argumentos y su dependencia del tripartito catalán ha pasado a ser esclavitud. Hemos comprobado que el Gobierno central no puede salirse ni una línea del guión previamente escrito desde Barcelona. No existía ninguna duda sobre la nula independencia de Zapatero a la hora de gobernar; pero ahora con todo lo ocurrido la historia canta por sí sola: Zapatero no gobierna, lo hace el tripartito catalán. Y eso es grave y peligroso. No nos podemos olvidar que en ese paquete de gobierno está Esquerra Republicana. Por lo tanto el objetivo prioritario de esa "entente" es romper con España, mientras no se diga lo contrario. 
 
Pero, ojo, tiene que quedar una cosa clara: Todo lo que han montado lo han hecho ellos solitos. Y ahí esta la trascendencia de lo ocurrido. Nadie les ha llevado a ese enfrentamiento. La "pelotera" entre Zapatero y Maragall ha sido una historia entre ellos y aunque ahora intentan normalizar la situación, no hay que engañarse, las cosas no pueden volver a su sitio con un simple apaño de andar por casa. Y más, cuando los textos en catalán y en valenciano -de la Constitución europea- que se recogen en la página web del Palacio de La Moncloa tienen algunas diferencias.
 
Lo que es evidente es que después de este enfrentamiento cambia la relación entre Zapatero y Maragall. Detrás de esas "historias" de sonrisas, diálogo y talantes encontramos la dura realidad.  Una realidad que incluso le puede llevar a los Tribunales. ¡Ahí es nada!   

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