(LD-Agencias) Al cierre de esta edición, el ministerio del Interior aún no había difundido el comunicado que desvelará a la opinión pública los objetivos del último talde marroquí que acaba de ser desarticulado. No obstante, fuentes generalmente bien informadas aseguran que planeaban atentar con explosivos contra el estadio del Athletic de Bilbao, la sede central de Esquerra Republicana de Cataluña, el monumento a Sabino Arana de Vitoria, y la estación de metro de la Plaza Maragall, en Barcelona.
También, según instancias oficiales que prefieren mantener el anonimato, la publicación de la nota irá acompañada un extenso informe elaborado por cierto "coronel H", documento que en estos momentos obraría en poder de José Antonio Alonso. Bajo el título "Alá escribe recto con renglones torcidos", las revelaciones contenidas en ese trabajo habrían provocado ya la puesta en marcha de todas las alertas entre las más altas instancias del Gobierno e incluso del Estado. Siempre off the record, las mismas fuentes han adelantado a este periódico los contenidos más relevantes del citado dossier.
Aseguran nuestros interlocutores que ese texto contendría las trascripciones de todas las conversaciones entre reclusos islamistas de la cárcel de Topas y destacados miembros de las Nuevas Generaciones del PP. "Los moritos se relacionaban casi exclusivamente con esos jóvenes", se podría leer en la primera página. Además, al menos un capítulo estaría destinado a las pesquisas que permitieron a Mercedes Gallizo descubrir el teléfono privado de Javier Arenas en la chilaba de un peligroso integrista. El robo de un coche-bomba delante del aparcamiento de Teofila Martínez, en Cádiz, tampoco habría pasado inadvertido a los investigadores; así, el análisis de esa casualidad imposible ocuparía una sección entera. Otro tanto ocurriría con el tratamiento de "hermano" que, según grabaciones policiales, María San Gil depara a todos los cabecillas de la Yihad en Al- Andalus
Según esos informantes, los redactores otorgan consideración especial a las palabras de Manuel Fraga pronunciadas en un party privado que tuvo lugar en Pontevedra. En el transcurso del lunch, don Manuel se habría dirigido a un almuecín experto en explosivos, manifestándole que era un "tío superserio", y haciendo votos por seguir llevándose "superbien" con él. Además, a esos indicios se añadiría una evidencia confirmada: la confluencia en día, ruta y carga explosiva de sendas furgonetas; habría pilotado la primera un muslime ya difunto, y acreditaría el escrito que el piloto de la segunda no sería otro que Ángel Acebes.