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El eterno protagonista

La realidad que intenta ocultar el ministro de exteriores español es que, con toda la razón del mundo, las autoridades americanas ignoran por completo al actual gobierno español.

¿Será Miguel Angel Moratinos la víctima expiatoria que ofrezca Zapatero para intentar recomponer las relaciones con Norteamérica? Las declaraciones del ministro de exteriores español de una inusitada simultaneidad en la prensa dominical podrían entender como un desesperado intento de evitar esa posibilidad, habida cuenta de la machacona insistencia en que, con los Estados Unidos de Bush, todo va bien.
 
Moratinos va incluso más lejos y afirma que sus contactos con su homólogo americano, el secretario de Estado Colin Powell, son intensos y frecuentes. Lástima que una mera llamada al departamento de Estado baste para desmentir que se hablan semanalmente. Porque desde el otro lado del Atlántico, lejos de secundar la versión moratiniana, lo que dicen es que llevan meses sin cambiar palabra. La embajada americana en Madrid corrobora este hecho.
 
Moratinos siempre ha sufrido un deseo exacerbado de aparecer como protagonista y mediador de conflictos. No podemos más que recodar dos hechos ejemplares: el primero, su rueda de prensa tras su primer y único viaje a Washington. Nada más bajar del avión, Moratinos dijo que la Administración americana le había encargado que mediase, una vez más, en el conflicto palestino-israelí (se supone que habida cuenta de los resultados que había obtenido como representante de la UE en el Oriente Medio). Tal papel le duró las escasas horas que le llevó al departamento de Estado americano despertarse y desmentirlo rotundamente. Más recientemente, Moratinos ha declarado que el gobierno español estaba listo para enviar policías a la Franja de Gaza, como contribución al proceso de paz en Oriente Medio. El desmentido esta vez no ha sido tan sonado, porque ya estamos acostumbrados a los pasos en falso y continuas rectificaciones del gobierno Zapatero, pero el gobierno de Ariel Sharon ha dicho tajantemente que no contempla posibilidad alguna de un despliegue policial español. Que ni siquiera había pensado en ello y que, desde luego, no le parece oportuno.
 
La realidad que intenta ocultar el ministro de exteriores español es que, con toda la razón del mundo, las autoridades americanas ignoran por completo al actual gobierno español. Aquí se inventan malévolas represalias, pero la verdad es que ni eso. Simplemente Zapatero ha llevado a España a desaparecer de entre las preocupaciones de la Casa Blanca. Hemos dejado de existir en Washington.
 
Y hay una prueba irrefutable: nuestro embajador allí, el ex ministro Carlos Westendorp, no consigue ser recibido en la Casa Blanca más que por un funcionario de rango de subdirector en el departamento que lidia con Europa. El mismo nivel que para cualquier visita de españoles organizada por el departamento de Estado. Y a eso lo llama Moratinos una excelente comunicación y relación. Costa de Marfil la tiene más alta.

GEES, Grupo de Estudios Estratégicos

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