Las elecciones a veces sirven para atrapar a los pillos. Los comicios del 2 de noviembre no sólo solucionaron la incógnita de quién era el candidato favorito de la sociedad norteamericana, sino, además, acaso sirvieron para explicar cómo Hugo Chávez pudo haber llevado a cabo el fraude electoral durante el referendum revocatorio celebrado en Venezuela el pasado mes de agosto.
En efecto: en el Condado de Broward, uno de los más grandes del estado de la Florida, el programa que debía computar los votos sobre una enmienda que autorizaba la instalación de máquinas tragaperras en determinados lugares de apuestas, fue manipulado de manera que, a partir de los 32.500 sufragios, en lugar de aumentar, disminuyera esa cifra. De pronto, los observadores que analizaban los resultados electorales comenzaron a ver cómo, súbitamente, desaparecían los votos a favor y aumentaban proporcionalmente los que se oponían. Naturalmente, se corrigió la distorsión en el programa central y la enmienda fue aprobada.
La primera explicación es que se trata de un ingenuo error humano de programación, pero mientras, provisionalmente, se acepta que no existe mala fe en este incidente, se investiga en otras direcciones. ¿Quiénes pueden beneficiarse de este error? Sin duda, los pocos casinos que operan en régimen de monopolio en las reservas indias y por ello obtienen muchos millones de dólares de ganancia. Estas tragaperras eran una competencia seria y un paso importante en el camino de la autorización a la creación de otros casinos en la zona.