Menú
Ignacio Villa

Demoledor

los portavoces de los distintos grupos que han intentado acorralar al anterior Jefe del Ejecutivo han quedado en el más absoluto de los ridículos.

La presencia de José María Aznar en la Comisión de Investigación del 11 de marzo se resume con un calificativo: demoledor. El que fuera durante ocho años presidente del Gobierno ha sacado lo mejor de sus formas y de sus maneras políticas. Aznar ha centrado su intervención en tres puntos: el Gobierno no mintió, no hubo imprevisión ante los atentados y hay que investigar hasta el final.

Aznar ha preparado de forma pormenorizada su intervención. Ha sido clara y exhaustiva; contundente y consistente. El ex presidente, con sus palabras, ha desmontado por encima de todo una acusación: la de que el Gobierno del PP mintió y utilizó de forma partidista aquellos atentados. Las cosas se pudieron hacer mejor o peor, los atentados se gestionaron con más o menos acierto; pero el que era entonces presidente del Gobierno actuó con rectitud, con sentido de Estado y con atención prioritaria para las víctimas.

Aznar ha dejado en la Comisión -como ya hicieron Acebes o Astarloa- el sello de la sinceridad y de la claridad. Quizá por ello los portavoces de los distintos grupos que han intentado acorralar al anterior jefe del Ejecutivo han quedado en el más absoluto de los ridículos. Aznar, con la verdad en la mano, ha dejado en el camino a todos aquellos que han intentado poner encima de la mesa todas las artimañas que desde la oposición se alimentó durante aquellos días de marzo.

Pero de todo lo dicho por Aznar llama la atención una acusación nítida. El PSOE, en clara deslealtad, y el Grupo PRISA, como una maquinaria de mentir, son los culpables directos de la confusión de aquellos días. Aznar ha sido muy claro cuando se ha referido a esta cuestión. No en vano, los acusados se han movido asustados en la silla. Después de escuchar a Aznar nos queda una cosa clara a todos los españoles. En aquellos días -días muy tristes- de marzo, la mentira no estuvo en el Palacio de la Moncloa. La dirección de la mentira, de la maquinación y de la manipulación estaba en otros puntos de Madrid.

De esas direcciones sabe mucho el actual presidente del Gobierno, y no hay que olvidar que Zapatero estará en el Congreso el 13 de diciembre. Pero por el momento nos quedamos con un Aznar demoledor que ha respondido a las expectativas y que deja las cosas en su sitio.

En Opinión