Nunca es “momento y lugar” para que el máximo responsable de la Diplomacia española le cree un problema a España lanzando calumnias contra el anterior Gobierno de su propio país. Así que las “disculpas” de Moratinos reducidas a los aspectos “formales” de su intervención en el programa “59 Segundos” de TVE, en los que acusó al Ejecutivo de Aznar de “apoyar el golpe de Estado en Venezuela”, más que “insatisfactorias”, son la prueba evidente de que este “diplomático” debe cesar inmediatamente en el cargo. Más aún, cuando esas hipócritas disculpas van precedidas de nuevos insultos y calumnias contra el anterior Ejecutivo del PP, al que ha acusado, nada más empezar su intervención, de haber mentido a los ciudadanos.
No contento con ello, Moratinos se ha ratificado en sus declaraciones, haciendo públicos los faxes que el embajador español en Caracas enviaba a nuestro Gobierno describiendo la situación en Venezuela en los días en los que los ciudadanos y los militares venezolanos se pronunciaban a favor y en contra de la continuidad en el poder de quien El País llamaba “caudillo” en sus editoriales para referirse a Hugo Chávez o “dictador”, tal y como lo hacían representantes del PSOE, tales como su responsable de Relaciones Internacionales, Trinidad Jiménez o su ex presidente de Gobierno, Felipe González, entre otros...
Pues bien. Lo que ha utilizado Moratinos como prueba de golpismo contra Chávez del anterior Gobierno del PP, frente a los faxes del embajador español, no son otra cosa que las declaraciones conjuntas con la UE y otra con EEUU en esos mismos días de confusión en las que abiertamente “se rechazan los actos de violencia”, se pedía “la recuperación de la calma pública”, o se expresaba su “convicción de que sólo la consolidación de un marco democrático estable puede ofrecer un futuro de libertad y progreso al pueblo venezolano”. Eso y algunos artículos críticos y acertados de Arístegui contra la deriva de Chávez en el Gobierno que, con todo, palidecen con las aceradas criticas que salían del partido al que pertenece el señor Moratinos.
¿Reflejan aquellas declaraciones del Gobierno español un “apoyo a un golpe de Estado” y una “falta de respeto a la voluntad popular”? Para Moratinos, “Desatinos”, sí. Porque para nuestro ministro de Exteriores que un comunicado no condene algo significa que lo apoya, tal y como ha “aclarado” nada más empezar su comparecencia para demostrar la “veracidad” de sus anteriores declaraciones televisadas...
Evidentemente con ello, el ministro lo que ha dejado en evidencia es su incompetencia y que, con su obcecación por tratar de hacer verdad su calumnia, es capaz de extender el conflicto diplomático tanto a los socios de la UE como a EEUU. Téngase en cuenta que el comunicado de nuestro Gobierno se hacía ejerciendo la presidencia de la UE y hablando en su nombre, y que la otra declaración la suscribía también el Gobierno de EEUU. ¿Acaso algún socio europeo se desmarcó del comunicado de la presidencia española? ¿Va el Gobierno de ZP a elevar las afrentas que ya ha propinado a EEUU acusando ahora a su Gobierno de apoyar golpes de Estado? ¿Acaso algún Gobierno europeo condenó en aquellos días algún “golpe de Estado” en Venezuela?
Lo cierto es que una nueva declaración conjunta de la UE, fechada en octubre, varios meses después del fin de la presidencia de turno española y del restablecimiento de Chávez en el poder, sus miembros “reiteraban” sus comunicaciones anteriores a favor de la democracia, también sin “condena” alguna a ningún “golpe de Estado”, y en donde se anima literalmente “a todos los actores políticos y sociales a crear el apropiado espíritu de tolerancia para consolidar un clima de reconciliación entre la población de Venezuela”.
Si esta declaración, que sigue sin condenar expresamente “golpe de Estado alguno”, es, por esa razón, una prueba de apoyo al golpismo y de “falta de respeto a la voluntad popular”, hemos de decir que junto al Gobierno de Aznar y del resto de los gobiernos de los países que en ese momento formaban parte de la UE, habría que acusar también a los gobiernos de los países de Europa Central y Oriental asociados a la Unión Europea, Chipre, Malta y Turquía, países también asociados, y los países de la AELC miembros del Espacio Económico Europeo que se sumaban a aquella declaración.
Parecía imposible que Moratinos pudiera empeorar aun más sus declaraciones. Pero, como ven, le ha bastado disponer de más de 59 segundos.