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Alejandro A. Tagliavini

La izquierda y los "amigos"

Argentina fue el único miembro del G-20 que no asistió, ya que no quiere someterse a las presiones del G-20 para aceptar un "código de conducta" para países en situación de suspensión de pagos

América Latina hoy tiene dos desgracias: su izquierda populista y algunos "amigos". Berlín fue, días atrás, escenario de la cumbre de ministros de economía y titulares de bancos centrales del G-20, que reúne al G-7 (EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Inglaterra, Italia y Francia) y a 13 países emergentes como China, India y, por Latinoamérica, Argentina, Brasil y México. En total, representan dos tercios de la población mundial y el 90% de la economía global.
 
El interés que había suscitado esta cumbre era motivado porque, en un contexto de fuerte depreciación del dólar respecto al euro, existía la posibilidad de que Europa presionara para tratar de que hubiera una intervención de los bancos centrales europeos y de EEUU para frenar la escalada del euro que perjudica las exportaciones de la Unión Europea. En este sentido, el comunicado final del G-20 declara el interés de los americanos por corregir su déficit –el secretario del Tesoro, John Snow, prometió reducirlo a la mitad en cinco años–, la necesidad de avanzar en reformas que permitan el crecimiento de la UE y la recomendación a las economías del sudeste asiático –en particular China– para flexibilizar su tipo de cambio.
 
EEUU y Alemania rebajarán en 80% la deuda de Irak con ellos. Otro punto de acuerdo, dentro del G20, fue "la lucha contra la evasión de impuestos y la malversación del sistema impositivo". O sea, mayor control de los llamados "paraísos fiscales", como Suiza; es decir, menos libertad para las personas.
 
Pero no hay en el comunicado mención sobre la fuerte apreciación del euro. Desde la perspectiva de EEUU y Europa ha sido una cumbre de desencuentro. Con respecto a Asia tampoco hay grandes novedades, entre otras cosas porque los bancos centrales asiáticos son los principales financistas de la deuda de EEUU. ¿Que pasaría en los balances de sus bancos si el dólar cayera frente a estas monedas un 30%?
 
En cuanto a América Latina, debe "proseguir sus reformas estructurales" y aplicar una política fiscal "prudente", es decir, seguir financiando su estrafalario estatismo con impuestos que pagan los empobrecidos ciudadanos. Respecto a México, se aboga por énfasis del gasto público "en sectores sociales e infraestructura". Insólitamente, Brasil pidió "mecanismos preventivos" para evitar flujos "indeseables" de capitales.
 
Argentina fue el único miembro del G-20 que no asistió, ya que no quiere someterse a las presiones del G-20 para aceptar un "código de conducta" para países en situación de suspensión de pagos, que incluye varios principios: transparencia, diálogo con los acreedores; y, si la deuda tuviera que reestructurarse, asegurar a todos los acreedores un tratamiento equivalente. De modo que el gobierno argentino fue el único que no se adhirió a este código.
 
Argentina en 2001 se declaró en suspensión de pagos (con sus acreedores privados y no con los multiestatales como el FMI y el BID), el más grande en la historia del mundo, afectando a bonos de su deuda pública por unos 82.000 millones de dólares. En estos días, la salida de la suspensión de pagos se ha complicado ya que, además de la fuerte queja de los acreedores, la propuesta del gobierno argentino de canjear los bonos por otros nuevos con un descuento del 75% no ha sido aprobada por las autoridades reguladoras italianas y se retiró el Bank of New York como agente colocador de la deuda en EEUU, lo que provocó un lunes negro con la baja de la bolsa local.
 
Pero el mismo día, el BID aprobó un programa de financiamiento por 5.000 millones de dólares para el gobierno argentino, lo que demuestra la poca seriedad con que se maneja. El préstamo es para "operaciones sobre competitividad e inversión; reducción de pobreza, reconstrucción del capital humano y promoción del desarrollo social, y mejora institucional del sector público", es decir, más estatismo populista.
 
© AIPE
 
Alejandro A. Tagliavini es miembro del Departamento de Investigaciones de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) de Buenos Aires.

 

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