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Encarna Jiménez

Dinero y dulces

Una propuesta melosa que tenga aceptación, aunque soporte críticas sobre una selección bastante aleatoria, es lo que busca TVE, que actúa como una cigarra cantora ajena a la previsión económica

Estamos en el mes en el que nos gastamos más de lo que podemos mientras intentamos endulzar el dispendio con recuerdos de miel. Este es el proceder de TVE que, al contrario que la BBC, empeñada en reducir gastos con el adelgazamiento de una plantilla excesiva, aparca el problema de la deuda y se recrea en programas nostálgicos como "Nuestra mejor canción".
 
El próximo día 17 concluirá el concurso producido por Globomedia que ha conseguido levantar el ánimo de las audiencias de TVE y muchos comentarios. El pasado 3 de diciembre Concha García Campoy presentó una gala larga pero entretenida y rentable en la que, sobre una preselección de 50 canciones elaborada por especialistas, se escogían 10 a partir de las votaciones del público. Por el programa desfilaron Javier Arenas, Alfredo Rubalcaba, Ana Botella, Manuel Chaves, Loquillo, Anne Igartiburu, Carmen Alborch, Josep Piqué, Jaime Peñafiel, José Bono, Celia Villalobos y un largo etcétera de personajes públicos que hablaron de sus preferencias.
 
Desde entonces, todos los días, Patricia Conde intenta mantener la llama del miniconcurso apelando a las votaciones del público que concluirán el día 17 en una segunda y última "supergala". Mientras, otros programas de TVE, como "Las cerezas" también sacan el asunto a colación con sus invitados como Ana Pastor o Carmen Alborch.
 
A TVE le suelen funcionar las canciones. Hace poco la niña Isabel que ganó "Eurojunior" le dio marcha y el repertorio documental utilizado para "Nuestra mejor canción" le permite volver a aprovechar el archivo de la cadena pública.
Nostalgia y documento curioso son las bases del éxito de este programa que, sin embargo, no deja de ser un apaño aseado en el que no importa mezclar churras con merinas, boleros con canciones de verano y romanticismo con espíritu épico. En el fondo se apuesta por recuperar la memoria de los que tienen entre 30 y 55 años, al igual que en "Cuéntame cómo pasó", de ahí que Serrat, Victor Manuel y Ana Belén o Cecilia tengan más "chance" que Machín o Concha Piquer. El concurso no se plantea ser ajustado, sino que funcione en pantalla para apuntalar la nostalgia de una cierta rebeldía que suene bien en tiempos de Zapatero y, al final, condecore y promocione un ganador que encaje con las expectativas de lo que puede y debe ser recordado.
 
Una propuesta melosa que tenga aceptación, aunque soporte críticas sobre una selección bastante aleatoria, es lo que busca TVE, que actúa como una cigarra cantora ajena a la previsión económica.

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