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Juan Carlos Girauta

Políticos con tirón y con empujón

Cómo iban a imaginar que la gran manipulación histórica y la voladura del dique de contención conocido como consenso constitucional la iban a consumar agarraditos de la manga del traje vacío que ocupa la Moncloa desde aquel tirón sangriento del islamismo

Aunque el tribuno, escaldado, no fuera muy explícito en sus quejas del sábado durante el homenaje a Francesc Macià, la audiencia sabía perfectamente que en el fondo de sus lamentaciones latía la frustración porque casi nadie se había sumado al intento de boicotear la candidatura olímpica de Madrid. Apenas la claque fanatizada que acompaña a todo caudillito. Una nueva prueba del peso real de Carod en la sociedad catalana, una buena lección para los despistados que lo magnifican y para los socios consagrados a la política de la aritmética y al cálculo del poder.
 
El sábado le reprochó el autosatisfecho Carod a Cataluña, el país que anhela presidir tras la transición pascualina a ninguna parte, su "poca capacidad de resistencia", y lamentó "que al primer tirón todo tiemble". Al taumaturgo que convirtió una entrevista con ETA en un motivo para votarle, le parece que los tirones que le da periódicamente a la convivencia no son suficientes, y que si Cataluña fuera un país con más cuerpo (sí, él lamenta su "poco cuerpo nacional"), si Cataluña fuera un país merecedor de un líder como él, todo el mundo resistiría, nada temblaría a la primera de cambio y se podría ir dando impunemente tirón tras tirón hasta que muy pacíficamente se viniera abajo el edificio institucional, que es de lo que se trata. Es el mismo espíritu de la célebre canción o himno L’estaca de Lluís Llach, sólo que Franco ya cayó, de muerte natural, hace tres décadas: "Si jo l’estiro fort per aquí i tu l’estires fort per allà, segur que tomba, tomba, tomba, i ens podrem alliberar" (Si yo la estiro fuerte por aquí y tú la estiras fuerte por allá, seguro que cae, cae, cae, y nos podremos liberar.) Es curioso que tomba, además de "cae", signifique "tumba").
 
Que no se preocupe el líder de ERC por no tener a su disposición al país resistente y corpulento que desearía. A pesar de la actitud para él incomprensible de los empresarios catalanes, tan insolidarios, tan débiles que prefieren seguir llevándose bien con su mercado doméstico y que incluso se alegran de que Madrid pueda organizar unos Juegos Olímpicos, la estrategia de la demolición a empujones o tirones cuenta con un aliado poderoso: el presidente del gobierno español. ¡Quién se lo iba a decir a los separatistas! Cómo iban a imaginar que la gran manipulación histórica y la voladura del dique de contención conocido como consenso constitucional la iban a consumar agarraditos de la manga del traje vacío que ocupa la Moncloa desde aquel tirón sangriento del islamismoet altri.

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