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Ignacio Villa

Quien siembra vientos, recoge tempestades

Lo que el señor Zapatero debería hacer es revisar el nombramiento de ese fiasco llamado Gregorio Peces Barba. Un ejemplo de sectarismo y de partidismo llevado al límite

El Partido Socialista reacciona como era previsible; como gato panza arriba, atacando con ruindad y sembrando enfrentamiento. La manifestación organizada por la AVT el pasado sábado en Madrid era una manifestación que nunca existió para el Gobierno Zapatero hasta que se ha visto superado por los acontecimientos. En ese momento, en como tantas otras veces, ha reaccionado como casi siempre; encendiendo el ventilador.
 
La manifestación del sábado fue ninguneada por el Gobierno, despreciada por el PSOE y obviada por el Alto Comisionado. El Ejecutivo rectificó a última hora enviando al ministro Sevilla –chico para todo– con un gesto claramente mejorable. Por su parte, los socialistas no se bajaron de la prepotencia y respondieron a la AVT que la presencia de Rafael Simancas era la representación de la Ejecutiva. Y por último, el señor Peces Barba en un empecinamiento –digno de otra época– no se bajó del burro y no parece que se vaya a bajar. En definitiva, hemos vuelto a asistir a un auténtico ejercicio de soberbia política, de utilización de las víctimas y de bajeza moral.
 
En todo caso, ha de quedar claro que lecciones desde el Partido Socialista ni una. Los mismos que rompieron el día de reflexión en las últimas generales, los mismos que no han condenado las manifestaciones ante las sedes del Partido Popular, los mismos que vieron con buenos ojos las agresiones a dirigentes del PP en aquellos días de marzo deberían estar calladitos. No tienen la más mínima razón para decir a nadie lo que tiene que hacer.
 
En cambio, lo que el señor Zapatero debería hacer es revisar el nombramiento de ese fiasco llamado Gregorio Peces Barba. Un ejemplo de sectarismo y de partidismo llevado al límite; no ha sabido ni guardar las formas en la primera ocasión en la que ha tenido oportunidad. Nadie ha sabido decir en ningún momento cuales eran los objetivos de Alto Comisionado para las víctimas, pero ahora ya lo sabemos: nada de nada. Y en todo caso, ayudar a las víctimas poco. Al menos hasta el momento.

El Partido Socialista se ha vuelto a equivocar. Viven en una burbuja fabricada por ellos mismos. Pensaron que su desprecio hacía las víctimas el sábado iba a ser suficiente, pero la realidad les ha vuelto a superar. Incluso al propio José Bono,que pensó en llevarse los aplausos de la manifestación, y se llevó un buen susto. Y es que el que siembra vientos, recoge tempestades.

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