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Juan Manuel Rodríguez

La advertencia de Petón

El "problema" de Torres es su insultante juventud. En 2008, cuando concluya su nuevo contrato, tendrá sólo veintitrés añitos y un futuro realmente esplendoroso por delante. Por eso ha sido especialmente inoportuno Petón

Fernando Torres es un tema especialmente sensible en el Atlético de Madrid, un territorio minado por encima del cual hay que saltar para tratar de no herir demasiadas susceptibilidades. Nadie duda a estas alturas de la película de que el Niño es el banderín de enganche de un club que lleva mucho tiempo desconcertado, perdido, tratando de recuperar su lugar bajo el sol después de haber atravesado los peores años de su centenaria historia. Torres supone un balón de oxígeno para unos aficionados demasiado acostumbrados a subir y bajar por la "senda de los elefantes", seguidores heridos y que miran de soslayo y con recelo al adversario rico de la ciudad.

Los atléticos presumen de tener algo que nunca podrá comprar Florentino, y Torres, sabedor de ello, reafirma públicamente siempre que puede su sólido corazón rojiblanco, y jura y perjura que jamás cruzará la dolorosa línea divisoria entre los dos equipos. Por eso José Antonio Martín "Petón", representante de la perla rojiblanca, debe ser consciente de que cuando dice que "si el Atlético no se pone al paso de su historia, Fernando buscará la suya" se armará inmediatamente la gorda. Y que resulta inevitable que, cuando reconoce sin tapujos que Torres ha tenido muchas ofertas de Italia o Inglaterra, todo el mundo piense rápidamente en la alargada y millonaria sombra del todopoderoso F.P. Recuerdo que, la última vez que coincidí con el chaval en El Tirachinas de Madrid, le bombardeamos preguntándole sobre la posibilidad de que algún día fichara por los merengues, y he de reconocer que me conmovió su absoluta fidelidad.

El "problema" de Torres es su insultante juventud. En 2008, cuando concluya su nuevo contrato, tendrá sólo veintitrés añitos y un futuro realmente esplendoroso por delante. Por eso ha sido especialmente inoportuno Petón; por eso y porque este Atlético de Madrid no parece que lleve una trayectoria mucho más brillante que el que dirigieran Luis Aragonés o Gregorio Manzano. Por la noche, en la Cadena Cope, tras varias horas de reflexión, Petón se ratificó en lo dicho. Es difícil creer que Torres no tuviera información del "globo sonda" que iba a lanzar su representante. Es imposible pensar que ese no fuera un guiño conjunto a todos los Abramovich del mundo. Límite, año 2008. Salvo, naturalmente, que el Atlético, parafraseando a Petón, acelere el paso.

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