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Amando de Miguel

Nuevas palabras

Álvaro Ortíz de Zárate (con varias carreras, 81 años) me envía una atrevida lista en la que propone nuevas palabras, cortas y sonoras, que traducen otras denominaciones largas o bárbaras. Transmito algunos ejemplos, realmente imaginativos. Para que se vea que la tercera edad puede seguir activísima.
 
palabras antiguas - nuevas palabras
estadounidense - usano
mountain bike - bicicampo
IRPF - rentia
handling aeroportuario - manejo
comunidades autónomas - comas
 
Emilio Saenz de Tejada (Castellón, aunque se sabe español y catalán) arremete contra el neologismo deslocalización. Razona así: “No está en ningún diccionario, pero pronto lo estará; pero lingüísticamente no se sostiene… Anteponer el prefijo des no quiere decir trasladarse de lugar”. Cierto es que se trata de una novedad en la jerga económica, por otra parte, tan común. Ya está, al menos, en el Diccionario de Manuel Alvar como “cambio de localidad”. Habría que añadir “para una empresa o fábrica por motivos de conveniencia fiscal o de costes”. Me parece una palabra muy conveniente para entender una nueva realidad económica que afecta a mucha gente. El prefijo des sirve muy bien para componer la “acción contraria o inversa de la significada por la base” (Diccionario de Seco). Por tanto si la base es localización (situación en un lugar), la deslocalización equivaldría al traslado a otro lugar. Hay otras palabras con un parecido sentido de traslado, separación o cambio de situación: desacomodar, desacoplar, desacuartelar, desagregar, desahuciar, desalojar, desamortizar, desandar, desaparecer, descargar, etc. No haga usted tantos ascos a deslocalizar, don Emilio, pues pronto verá cómo muchas empresas de Castellón se van a deslocalizar para situarse en otros países. Es ley de vida.
 
En el concurso aquí convocado para dar un nombre a la nueva unión homosexual, Fran (León) aporta aconyugamiento. No está mal. El concurso sigue abierto. Propongo gayounión.
 
J. Alex Waterhouse-Hayward (Canadá) es ya corresponsal de plantilla en este rincón de las palabras. Su experiencia viajera le ayuda a entender las divertidas variaciones léxicas del mundo hispánico. Su colaboración resulta enriquecedora. Relata, por ejemplo, que en México la papaya es una fruta suculenta. Quizá por eso mismo “en Cuba la papaya es lo que las mujeres tienen y que los hombres no tienen”. En cambio, a la fruta se le dice “bomba”. En la Argentina esa fruta es “mamón”, voz que en México es un terrible insulto. En la Argentina se dice “dulce de leche” a lo que en México es “cajeta”. En cambio, “cajeta” en la Argentina es lo que “papaya” en Cuba. Maravilloso jardín.

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