¿Saben aquell que diu: “Me siento una mujer maltratada”? Sí, home, aquell que surt uno que es consorte de una sociedad que cotiza en el mercado continuo de la Bolsa de Madrid, y va i diu que lo persiguen la derecha y el capital.
¿Y saben aquell altre, el de la querella? ¿Aquest no? Bueno, pues esto son unos nacionalistas, muy nacionalistas, que quieren poner una querella porque otro los ha venido a llamar ladrones en un asunto de agujeros y cemento. Entonces, van y se buscan un abogado nacionalista, muy nacionalista. Y resulta que miran el currículum para ver cuál es la especialidad de la casa. I veus que antes ha defendido a Javier de la Rosa, el empresario ejemplar, a Manel Reventós, de los Reventós de toda la vida, –un asunto fiscal regado con cava y envuelto en la senyera–, a Huget y Aguiar, del PSUC de toda la vida, a otro de Casinos de Cataluña, a Joan Gaspart, de los chistes de El Jueves, a Puigneró –el de CiU que envenenaba ríos– y a un largo etcétera, como decían los plumillas de antes. Aunque lo bo llega cuando cuentan que el abogado de los nacionalistas muy nacionalistas es consejero del grupo empresarial que ha vendido el cemento para la obra del Metro del Carmelo. A más a más, resulta que es hermano de otro que también es nacionalista, muy nacionalista, y que fue consejero de Obras Públicas con Pujol. Pero lo mes bo, lo collonut, es cuando van todos los periódicos de Barcelona y deciden no contar el chiste.