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Juan Carlos Girauta

Las campanas doblan por ti

El enemigo fuera y el enemigo dentro. Así las cosas, no te preguntes por quién doblan las campanas, españolito liberal o conservador. Las campanas doblan por ti

La censura, las presiones y el control del lenguaje adornan la cumbre antiterrorista y propagandística con la que el gobierno ha querido vincular la faena de la Comisión del 11-M. Nunca debió contar con el aval real esa... ¿cómo llamarla? Cumbre para la inversión de la culpa, Cumbre contra los Estados Unidos, Cumbre por la comprensión del crimen, Cumbre para el terrorismo.
 
En la extraña tenida está prohibido llamarle terrorismo islamista al terrorismo islamista, y el tufo antiamericano es tan insoportable que Bill Clinton se ha visto aquejado de un severo y repentino ataque de caspa y ha dicho que no le esperen. Al que sí se espera es a Mohamed VI en el Bosque de los Ausentes. Contra ese pedazo de demócrata no habrá abucheos; los abucheos los reserva la progresía española para el PP.
 
Lo que el núcleo duro de Caín Rodríguez viene haciendo desde los atentados ha marcado algunas peligrosas directrices a sus bases, desde las manifestaciones antidemocráticas ante las sedes hasta el intento de trágala de la Comisión de investigación, pasando por el uso de la policía para detener ilegalmente a militantes jubilados. Pero tanta pauta cainita tiene su efecto, y al final se pierde el control de la situación y los socialistas se quedan sin margen para disfrazarse de gobernantes moderados. Así, el linchamiento continuado ha acabado por impedir el abrazo táctico con Rajoy para la foto del aniversario. ¿Y por qué habría que abrazarse a Rajoy? Más que nada porque sin su partido nada grande tiene credibilidad. Les guste o no, el PP es, con mucho, la mayor organización política de España: ochocientos cuarenta mil militantes según las últimas cifras.
 
Querían la foto del abrazo, querían montar una Cumbre de prisa de prisa, querían aclamar al gran líder, con su ansia infinita de paz, e impulsar la alianza de civilizaciones. Pero la masa adepta ha sido hiperestimulada y no se anda ya con sutilezas: iban a convertir el concierto de Manjón en unos premios Goya a lo bruto y le iban a llamar a Rajoy de todo menos bonito. Un engorro, mejor posponer el concierto. ¿Para cuando? Para cuando toque de nuevo linchamiento. Pronto.
 
A la Manjón, por cierto, le ha dado un premio de comunicación la Universidad Ramon Llull. Merecido lo tiene, concretamente en la variante de propaganda. Es un premio difícil porque España da verdaderos maestros en la disciplina. Ahí está el programa de Tele 5 dedicado a los tres días de marzo. Nauseabundo y a la vez fascinante, pues confirma que los tíos no se cortan: nos cuentan la ignominia en versión Cadena Ser,El Paísy CNN. También aparece su amigo Gallardón repitiendo aquello tan emotivo de que en algo debieron equivocarse. El enemigo fuera y el enemigo dentro. Así las cosas, no te preguntes por quién doblan las campanas, españolito liberal o conservador. Las campanas doblan por ti.

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