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EDITORIAL

El laicismo de ZP ante el huracán Wojtyla

Zapatero se ha mostrado más sensible a los sectores más extremos y anticlericales de la izquierda que a las raíces cristianas de nuestro país y al sentimiento de pesar de la inmensa mayoría de los ciudadanos

Mientras Juan Pablo II continúa siendo el destinatario de los mayores y más universales elogios que haya recibido un ser humano en la hora de su muerte, y mientras la Iglesia se prepara para dedicarle el mayor funeral que haya conocido la Historia, en España aumenta el malestar ciudadano ante la deliberada cicatería del gobierno socialista a la hora de hacerse también eco del pesar de nuestro país por la pérdida de este Papa ejemplar, que tanto amor dio y recibió de los españoles. A estas horas, ya se puede considerar definitiva la negativa de Zapatero a hacer una declaración institucional como la que han hecho los dirigentes de medio mundo, así como la de alargar el número de jornadas de luto oficial en España.
 
Zapatero se ha mostrado más sensible a los sectores más extremos y anticlericales de la izquierda y de sus medios de comunicación que a las raíces cristianas de nuestro país y al sentimiento de admiración y de pesar de la inmensa mayoría de los ciudadanos, incluidos sus votantes.
 
Por mucho que desde Prisa –sobretodo, la SER- se quiera corregir el digno tratamiento informativo que –al menos, por ahora- se ha dado en RTVE a la muerte del Santo Padre; por mucho que desde El País se acuse a la Iglesia de “necesitar un enemigo” para buscar una coartada para ejercer como tal; o por mucho que Zapatero haga caso a Llamazares para que no se “sobreactúe” en un Estado que él cree erradamente laico, la vida y la muerte de este Papa ha revitalizado de tal forma el poso de las raíces cristianas de nuestro país que tampoco hay que descartar que hasta el vicio tenga que homenajear a la virtud, como bien definía La Rochefoucauld a la hipocresía.
 
Mientras tanto, desde este Gobierno que no pierde comba, la secretaria de Educación del PSOE, Eva Almunia, ha anunciado este lunes que su grupo defenderá que la asignatura de religión no tenga ninguna alterativa en el debate parlamentario de la Ley Orgánica de Educación. ¿Hasta tal punto se ha olvidado Zapatero de que es el presidente del 14-M como para creerse de verdad que lo españoles lo votaron para devaluar la asignatura de religión?

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