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Amando de Miguel

Diccionarios de economía y afines

Libertad Digital, 2004 en cien artículos. Es una antología de 119 artículos publicados en LD durante el año 2004. Es un curioso mosaico de lo que podría ser el pensamiento liberal español en los comienzos del siglo XXI

Nuestra época es la de la Economía, la ciencia que se hace desde el inglés, como las demás se desarrollaron del latín. En este corralillo se han citado algunos lexicones de la nueva ciencia y otras conexas, como los de LID, oportunamente comentado. Ahora aparece un nuevo volumen, el Diccionario de expresiones y términos económicos y financieros, de Juan Ramón del Pozo (Instituto de Estudios Económicos y Fundación ICO). Es una obra monumental (más de mil páginas), bilingüe, en inglés y español. La novedad es que no solo figuran voces sino locuciones, frases hechas o convencionales. Solo echo de menos la voz Corología (= ciencia del territorio), propuesta por mi maestro Román Perpiñá, pero comprendo que es un capricho sentimental mío. A partir de ahora con este volumen vamos a sortear mejor las infinitas dudas que plantea el léxico económico o “asalmonado”. Por cierto, el color salmón de la prensa económica hace muy fatigosa su lectura. Con tanto marketing no sé cómo no se han dado cuenta los editores de esa dificultad.
 
Aunque todavía no tenga la forma de diccionario, puede valer como tal el volumen de Libertad Digital, 2004 en cien artículos (Madrid: Hoja Perenne), que acaba de salir. Es una antología de 119 artículos publicados en LD durante el año 2004. Es un curioso mosaico de lo que podría ser el pensamiento liberal español en los comienzos del siglo XXI. Recientemente se ha celebrado la Asamblea General de Accionistas de LD. Fuera de la Compañía de Jesús no conozco otra corporación que agrupe a tantos escritores y predicadores como LD. Añado el núcleo de las tertulias de la COPE.
 
Por si fuera poco, uno de los colaboradores de LD, Carlos Rodríguez Braun acaba de publicar con la editorial LID su antología particular de artículos, principalmente de ABC y Expansión, bajo el título Panfletos liberales. Reflexiones de un economista audaz. Parte de una estupenda definición: “La economía no es una sección del mundo sino una forma de mirarlo”. En su caso es la forma liberal que junta la observación de “no es lo que parece” con una miaja de sentido del humor. Casi es la fórmula de Chesterton. Carlos Rodríguez Braun es el gran debelador del pensamiento económico dominante, que es fundamentalmente antiliberal, pero también anticatólico. (Qué lejos queda aquel opúsculo El liberalismo es pecado del abate Sardá). Por cierto, su Diccionario políticamente incorrecto está ya en la segunda edición. La “otra manera” de ver las cosas es muy sencilla. Consiste en desconfiar del poder y confiar en la inteligencia de la gente corriente. Para los propósitos de este corralillo viene bien otra observación del autor: “El idioma es un buen punto de partida, porque el papel de la política en él es subalterno; la gente, no el Gobierno, crea la lengua y la cultura”. Se comprenderá ahora el gran interés por la cuestión de la lengua en este corralillo de los libertarios digitales. No hay autoridad que nos diga cómo se debe hablar o escribir. En todo caso la Real Academia da fe de lo que previamente ha decidido el pueblo hablante o quizá la república de los escritores.
 
Todavía hay una novedad editorial más. Es la última edición del Índice de libertad económica 2005 de Marc A. Miles y otros (The Heritage Foundation). La avalan una serie de instituciones, entre ellas la FAES española. Es un completísimo balance del grado de libertad y de desarrollo que consiguen los países del mundo, uno por uno y año tras año desde hace diez. Es una fuente valiosísima para todo tipo de comparaciones. Bueno es saber que España ocupa el lugar 31º de una lista de 155 países. Pero, si descontamos los “Estados filatélicos” (Hong Kong, Singapur, Luxemburgo, Malta, etc.) España ocupa un honroso 24º puesto en la serie mundial. Claro que, en términos dinámicos, desde 2000 el índice de libertad económica progresa en España. Está por ver si, a partir de 2005, va a seguir esa prometedora tendencia. Que conste que, para el conjunto de los países desarrollados, no es muy alta la correlación entre desarrollo y libertad.
 
Los libertarios digitales interesados por la Economía y ciencias afines tienen una buena provisión de lecturas con los libros mencionados. Si son liberales, amantes del idioma común y ejercitan el intelecto, la Economía no va a ser ajena a sus preocupaciones. Sobre todo porque, como demuestra la antología deLD, la Economía es, hoy más que nunca, Economía Política. Lo saben muy bien los lectores deLDy los oyentes de la Linterna de la Economía de la COPE. Ese conjunto es una de las pocas fortalezas que se alzan en este momento frente a la impetuosa invasión del pensamiento dominante. Harán bien los libertarios digitales en aguzar sus armas dialécticas, para empezar la del idioma. En esa fragua me encontrarán.

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