Menú
GEES

El PSOE, Zapatero y Sadam

¿Pero por qué darle más tiempo a los inspectores si sabía que no existían los arsenales? ¿Por qué era importante desarmar a Sadam si sabía que éste no estaba ya armado?

El Partido Socialista quiere que el Congreso de Diputados apruebe una declaración reconociendo que el arsenal de armas de destrucción masiva de Sadam Hussein no existía a comienzos del 2003. Los dirigentes del PP han reaccionado diciendo que si los socialistas quieren hablar del pasado, que pedirán lo mismo sobre el reconocimiento de los GAL y la corrupción de la última etapa de Felipe González. No es necesario que se remonten tan atrás. Basta con que recurran a las hemerotecas de finales del 2002 y comienzos del 2003 para sacarles los colores a los socialistas.
 
Recordemos:
 
1.- Nadie en el bando del PSOE puso nunca en duda que las armas de destrucción masiva de Sadam existieran. Por ejemplo, Rodríguez Zapatero, en su intervención de 5 de febrero de 2003 en el Congreso de Diputados dice que lo importante es desarmar a Sadam, pero que no puede estar de acuerdo con una intervención armada para ello y que lo que habría que hacer es dar más tiempo a los inspectores de la ONU. ¿Pero por qué darle más tiempo a los inspectores si sabía que no existían los arsenales? ¿Por qué era importante desarmar a Sadam si sabía que éste no estaba ya armado? La verdad es que Zapatero creía lo que todos, que Sadam era un crápula capaz de estar almacenando las armas que le prohibía la ONU. Lo que pasaba es que le daba igual. Podía convivir con el carnicero de Bagdad si eso le permitía arrancarle votos al electorado de Aznar, su verdadero enemigo.
 
2.- Nadie en el socialismo internacional puso en duda tampoco que las armas no existieran. Javier Solana, por ejemplo, declaró en una rueda de prensa, el 26 de septiembre de 2002, con motivo de su visita a la sede de la OSCE declaró a los periodistas “No tengo necesidad de escuchar a Tony Blair para estar convencido de que existen armas de destrucción masiva en Irak y debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para destruir esas armas”. Igualmente, el comité ejecutivo de la Internacional socialista se expresó en los mismos términos.
 
3.- Los dirigentes socialistas españoles han intentado manipular las informaciones que sobre las armas de destrucción masiva han dado los sucesivos informes elaborados por los expertos americanos y británicos. Primero fue el informe Key, del Iraqi Survey Group. Sus conclusiones eran claras: Sadam no contaba con los supuestos arsenales –juicio que recogieron alborozados los portavoces del PSOE– pero, añadía el informe, había sobradas pruebas de ensayos, desarrollos y elaboración de componentes que permitían pensar en dos cosas muy importantes: primero, que Sadam tenía la ambición de llegar a dotarse de estos sistemas de destrucción masiva; segundo, que mantenía la capacidad técnica para reconstituir los programas una vez que se librara de las sanciones y el embargo internacional. De esta segunda parte, los socialistas nunca han dicho nada.
 
4.- Ahora llega el informe de la CIA sobre el arsenal de Sadam. Y de nuevo el PSOE es tan sectario como selectivo. Sólo toma la aseveración de que no había tal arsenal en el momento de la invasión, pero calla sobre el resto de las conclusiones que básicamente vienen a decir que el mundo de la inteligencia estaba totalmente equivocado. Las razones de la confusión son muchas y se merecen otra reflexión. Pero lo relevante aquí es que la comunidad internacional de inteligencia, no sólo la CIA, falló en sus análisis y estimaciones. Desde Madrid a Moscú, pasando por París y Londres. En todos estos países se han puesto en marcha medidas para mejorar la calidad de la inteligencia. El PSOE prefiere que el CNI no haga nada al respecto antes que admitir que pudo haber llevado a error al anterior gobierno.
 
En fin, si el PSOE quiere hablar de las armas de Sadam, hay que dejarle que lo haga. Sin complejos y sin recurrir a otras sabrosas historias del pasado que pueden dejarse para mejor ocasión. Lo que habría que decirle a Zapatero es que él mismo comience por reconocer su error y que admita que él estaba tan equivocado como cualquiera. O, si prefiere pasar por listo y reconocer que él ya sabía que no había armas en Irak, que explique entonces por qué no lo dijo en su momento. Así sabríamos su cinismo y su constante manipulación del tema de Irak. Para él Irak y el sufrimiento de los iraquíes sólo valía como ficha en su estrategia por acercarse a la Moncloa. Como también sabemos que hizo con los atentados del11-M. Pero también eso es otra desgraciada historia.

En España

    0
    comentarios