Menú
EDITORIAL

Pastor y Pescador de hombres

Tampoco ha faltado un canto al origen sagrado de la dignidad humana, que revela a todos y a cada uno de los hombres su condición individualizada de “fruto de un pensamiento de Dios”

No ha querido exponer, algo así, como un “programa de Gobierno”. El Papa no pretende seguir sus “propias ideas”, sino ponerse, “junto con toda la iglesia, a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor”. La espléndida homilía, sin embargo, que ha pronunciado Benedicto XVI, centrada en los dos signos con los que se representa litúrgicamente el inicio del Ministerio Petrino –el Palio y el Anillo del Pescador-, es una muestra condensada, sabia y al tiempo accesible, de lo que pretende y debe ser su pontificado: una defensa de la intemporal y universal doctrina cristiana, que quiere ser, al tiempo, guía imperecedera del ser humano.
 
Nada, pues, “original”, como dirán obsoleta y despectivamente quienes creen que un nuevo Papa es la oportunidad para someter la doctrina de la Fe a los “nuevos tiempos”. Sin embargo, la de la iglesia Católica no es una oferta cambiante, adaptable a las circunstancias del momento y dispuesta a cambiar el producto para mantener o aumentar sus ventas. La oferta de la Iglesia no es más que una permanente invitación que Cristo hace al ser humano, para atraerlo a un mensaje perpetuo y eterno de amor, de esperanza y de fe.
 
La homilía de Benedicto XVI, con reiteradas referencias a su más inmediato antecesor, Juan Pablo II, no sólo se ha referido a quienes desde el poder imponen al resto su “dominio de la corrupción, el quebrantamiento del derecho y la arbitrariedad”; ha hecho también un llamamiento a la libertad interior, a la que anida siempre en cada ser humano.
 
Siguiendo con la parábola de la oveja descarriada, el nuevo Papa ha dicho que “los desiertos exteriores se multiplican en el mundo, porque se han extendido los desiertos interiores” y recurriendo también a la imagen del Pastor y la del Pescador, Benedicto XVI ha querido destacar algo que emerge de ambas figuras de misión: la llamada a la unidad de la Iglesia Universal.
 
No ha faltado en su homilía un nuevo llamamiento a la fraternidad de todos los hombres en la Fe en Jesucristo, ni un canto al origen sagrado de la dignidad humana, que revela a cada hombre su condición individualizada de “fruto de un pensamiento de Dios”.
 
Con un especial llamamiento a los jóvenes y a la condición viva de Cristo y de su Iglesia, el nuevo sucesor de Pedro se nos ha mostrado como un teólogo, pero ya entregado a su nueva misión pastoral y divulgativa como nuevo vicario de Cristo en la Tierra.

En Sociedad

    0
    comentarios