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Encarna Jiménez

Premios y huevos

los que consiguen medalla suelen repetir varios años, hasta que acaban su ciclo natural, de tal manera que nunca sabes a qué ejercicio corresponde el premio, ni si esa gala es la del año anterior

TVE ha ofrecido este fin de semana dos programas clásicos: la entrega de los premios ATV, de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión —pomposo nombre—, y el estreno de “Vamos a cocinar”, presentado por José Andrés.
 
Los premios de la Academia suelen entregarse en una gala en la que, año tras año, se demuestra que no hay quien renueve el parque de guiones ni sorprenda con una puesta en escena de cierto interés. Por otro lado, los que consiguen medalla suelen repetir varios años, hasta que acaban su ciclo natural, de tal manera que nunca sabes a qué ejercicio corresponde el premio, ni si esa gala es la del año anterior.
 
En esta ocasión, ha habido algún detalle que puede tener cierto significado. El primero, es el de quiénes eran considerados los mejores comunicadores de informativos. Los ganadores han sido Ana Blanco de TVE y Matías Prats de Antena 3. Ambos han desbancado a Lorenzo Milá, Angels Barceló y Montserrat Domínguez. Ha sido el triunfo de lo clásico. Ana, que ha visto cómo Caffarel le otorgaba mayor confianza a Milá, se tomaba la revancha, y Matías Prats, en un gesto de amistad y “fair play”, hizo que su amigo y competidor recogiera en su nombre el premio. Angels Barceló ha llevado años recogiendo premios pero sin conseguir imponerse en audiencia y Montserrat Domínguez ha perdido proyección desde que fichó por Antena 3.
 
En el terreno de ficción sigue la racha de “Aquí no hay quien viva”, con un José Luis Moreno ufano y, en infantil, los Lunnis. Con el reconocimiento a las retransmisiones deportivas, a “Cuéntame”, alguna comedia de Telecinco y “Al filo de lo imposible”, más un homenaje, en esta ocasión a Miguel de la Quadra Salcedo, ya tenemos el retrato de una televisión clásica y una Academia absolutamente previsible.
 
Atender al clasicismo no siempre tiene que fabricar un guiso sin interés. Esto es lo que intentó demostrar el cocinero José Andrés en el programa que suple al famoso Karlos Arquiñano, uno de los mayores fenómenos mediáticos de los últimos años. Desde que se fue a Telecinco el vasco, TVE ha intentado encontrar sustituto y José Andrés va a aportar sus conocimientos y cierta habilidad para hacerse cercano y dejarse entender tratando la cocina tradicional con mimo y cariño.
 
En su primer día, tuvo el acierto de enseñarnos a hacer bien unos huevos fritos con patatas, la antítesis de la cocina de investigación, y demostró que, aunque no tiene las tablas de Arguiñano, sabe enseñar. Entre Ana Duato y él dieron cuenta de los huevos, unas tostas de sobrasada y un vino tinto. Se nota que el asturiano no le teme al colesterol, que su estancia en EEUU le hace apreciar los sabores clásicos y que pueden comer muy a gusto dos personas con 15 euros.        

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