Menú
Amando de Miguel

Otras lenguas

Benjamín Blanari (Barcelona), a propósito del argentinismo crepar (=morir), añade que en alemán existe el verbo krepieren (=diñarla, estirar la pata, en su acepción vulgar). Don Benjamín aporta un dato más: la jerga del castelmán, la mezcla de castellano y alemán por la comunidad alemana de Colombia. Así, conjugan el verbo molestieren o jodieren, en el sentido de fastidiar.
 
Ignacio Álvarez de Cienfuegos Gálvez (Granada) está intrigado con el adverbio paulatinamente. Quiere saber su origen. Muy sencillo. En latín se dice paulum (=poco) y paululatim (= muy despacito, poquito a poco). Por cierto a Saulo de Tarso lo llamaban Paulus (= pequeño) porque era bajito, poca cosa. Mucho cuidado con los bajitos. También se dice que Saulo adoptó el famoso apodo porque el primer gentil que convirtió fue un alto funcionario romano llamado Sergius Paulus. A su vez, ese funcionario se llamaría así por su corta estatura. Al final San Pablo ha sido el gigante del cristianismo.
 
Ramón de Cereceda recuerda para la Historia el momento en que se procedía a desalojar la Capilla Sixtina para que comenzara el Cónclave. La orden ritual es Extra omnes (= salgan todos). El periodista de TVE tradujo sobre la marcha: “hombres fuera”. Añado que podía haber sido peor: “¡qué hombres tan extraordinarios!”. Don Ramón recuerda otra famosa traducción de Ave, Caesar, morituri te salutant (=“Dios te guarde, César, los que van a morir te saludan”). La traducción del alumno torpe fue: “Las aves de César van a morir por falta de salud”. Con los años, el tal alumno se hizo periodista de la televisión. Es broma.
 
Gerardo García García propone una imaginativa teoría sobre el origen de los vascos. La cosa empieza con los mercenarios beréberes que trae Aníbal a Hispania para guardar los pasos de los Pirineos. Al perder Aníbal la guerra, esos mercenarios se quedan al servicio de los romanos. Se situaron en la estratégica zona de la Rioja. Con el tiempo, los descendientes de esos vascones ayudaron a las invasiones de los godos. De ahí, gudari (= soldado). En la Edad Media se asentaron en lo que se llamó Provincias Vascongadas. Algunos de esos vascos o vascones integraron las tropas almogávares. Hasta aquí la erudición de don Gerardo.
 
Josu (de Vizcaya) dice que “siente desilusionar a Carlos Peraita (Cantabria)” cuando dice que “llevar a cuchos” (= a hombros) es una locución típica de Cantabria. Don Josu recuerda que su abuelo le llevaba “a kutxus” de la misma forma y él sigue practicando ese cariñoso juego con los niños.
 
Víctor Baca Oneto aporta la versión peruana de “llevar a quichi”, que es también la de llevar a hombros. Es un maravilloso ejemplo de la verdadera dimensión del idioma español ¿A ver si lo de quichi va a ser una palabra quichua traída a España?
 
Mikel Morris (Zarautz, Guipuzkoa) me da la razón en la falta de correspondencia entre “hacha” y “piedra” en vascuence. Don Mikel añade que aizkora (= hacha) viene del latín asciola (= hacha pequeña, azuela). De todas formas, lo que yo sostenía era que, en contra de la creencia generalizada, en vascuence no hay similitud entre aizkora (= hacha) y harri (= piedra). Sin embargo, Blas de Otero precisa que hay otra palabra para piedra, que es haitz. En ese caso sí que aparece una similitud con “hacha”. Pero haitz es más bien peña, roca.
 
David Schwartz me asegura que en Sevilla se emplea una fórmula muy característica de presente continuo. Por ejemplo, “en comiendo…”, “en sabiendo…”. Parece que en ladino (judeoespañol) se utiliza esa misma forma. Don David señala otro parentesco del andaluz con el dialecto sefardí: el uso de “mos” (realmente “moh” en andaluz) en lugar de “nos”. Curioso.
 
Antonio Azpitarte escribe toda una fenomenología sobre “la mala follá granaína”. El auténtico malafollá hace gala de ese rasgo del carácter que lleva el signo de la contradicción. “Serán parcos en palabras y reservados cuando les pidamos conversación, locuaces y chistosos cuando necesitados soledad, hirientes y mordaces cuando busquemos consuelo, siniestros y deprimentes cuando tengamos ganas de fiesta”. En definitiva, la cosa es llevar la contraria y sorprender. Don Antonio tiene algunos textos de su padre sobre ese arquetipo del malafollá. Espero que me los envíe para solaz de los libertarios digitales.
 
Alfonso Tena (Montpelier, Francia) se extraña de mi afirmación sobre la necesidad de pasar al inglés en Cataluña, como lengua de comunicación, en caso de que se elimine el castellano. Mi afirmación precisaba de un condicional casi imposible: la eliminación del castellano. Puede que se logre solo en la comunicación oficial. Precisamente don Alfonso señala que las multas de los Mossos de Esquadra se emiten solo en catalán. Va a ser difícil que se sustituya enteramente el castellano por el inglés pero es que ahora se anuncia otro disparate mayor. El presidente de la Generalidad catalana anuncia que Cataluña va a integrarse en la federación de Estados francófonos. Es decir, el francés será entonces la lengua de comunicación en Cataluña. Creo recordar que hace un siglo había una corriente de opinión en Cataluña que propugnaba la incorporación de Cataluña a Francia.

En Sociedad

    0
    comentarios