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Luis Hernández Arroyo

Lectura política

Yo creo, a riesgo de equivocarme, que aquí está escrita la valoración que hacen de nuestro futuro los inversores: intensa retirada de capital de riesgo y sustitución por títulos de gran liquidez ¿Por qué será?

Los lectores de Alberto Recarte ya estarán avisados de que el déficit exterior de España ha aumentado alarmantemente en la última legislatura y de las consecuencias que supone. Aquí sólo quiero resaltar algunas cifras complementarias que obligan a reforzar esas conclusiones en absoluto gratas para el gobierno actual.
 
En un año, el déficit se ha multiplicado por dos. En el último trimestre de 2004, el déficit por cuenta corriente alcanzó un 6% de PIB. Si quitamos los servicios, queda un déficit de mercancías del 7,3% de PIB. La causa es una notable aceleración de la demanda interna, del 3,7% al 4,5%, mientras que el PIB se desaceleraba del 3% al 2,7%, todo ello en 2004. El desvío hacia las importaciones hace que estas dupliquen su tasa de aumento anual. Aparentemente, ello es que, con una fiscalidad equilibrada, y una oferta monetaria que no controlamos, no habría que culpar al gobierno, pues en la única arma disponible, que es la fiscal, “ha cumplido”. Bueno, no tanto; ha tenido un superávit, pero eso oculta que podría haber contenido el gasto público, que se ha ido acelerando hasta una tasa del 5,4% interanual en el cuarto trimestre de 2004. No es, por lo tanto, un déficit atribuible totalmente al sector privado. Las demás partidas de gasto se han acelerado menos, salvo la inversión en equipo hasta el 9,4% interanual.
 
En todo caso, esto no sería problema mayor si la financiación de este desequilibrio fuera sólida y con indicios de confianza en el futuro; pero aquí viene lo preocupante y la obligada lectura política: en 2004 se han producido grandes cambios en la financiación exterior, que pueden ser resumidos así: La inversión directadelexterior ha caído un 65%; la inversión directahaciael exterior ha aumentado un 63%; en otras palabras, que por el canal de entrada y el de salida, hemos perdido el 93% de financiación en inversiones directas, pérdidas que se han visto compensadas, principalmente, por entradas en renta fija, que han aumentado nada menos que un 147%. Yo creo, a riesgo de equivocarme, que aquí está escrita la valoración que hacen de nuestro futuro los inversores: intensa retirada de capital de riesgo y sustitución por títulos de gran liquidez ¿Por qué será?

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