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Fundación Heritage

El poder de educar a un hijo

Madres, Padres: Sus hijos no necesitan otro amigo más. Necesitan que ustedes sean sus padres.

Rebecca Hagelin

Ya esté usted felizmente casado o criando niños solo, si es mamá o papá, o quizá abuelo o abuela echando un cable, usted tiene que darse cuenta del enorme poder que tiene como “padre”. También debe comprender que el consejo que le dé a esos niños, sea bueno o malo, será recordado.
 
Su poder de influencia sobre las actitudes familiares, sobre la cultura deberían ser vistos no como una carga sino como una cualidad innata que está siempre presente. Nunca, nunca debe olvidar que no es posible que escoja la pasividad en la arena de la influencia. Su decisión de seguirle la corriente a la cultura actual, su decisión de no luchar contra la cultura actual, no meterse en líos y tomar el camino fácil sólo para estar tranquilo es algo que no invalida la influencia que usted tiene sobre sus niños pero los resultados de su influencia serán negativos. La decisión de no tomar una decisión es una decisión. La pasividad en sí misma es una acción.
 
En otras palabras, usted no es una fuerza neutral en su hogar; sus acciones o la neutralidad que usted irradia es una fuerza que dará forma a su hogar y a las personalidades, elecciones, ética y valores de sus hijos por el resto de sus vidas.
 
Piense por un momento en su propia infancia. ¿Cuáles son los primeros recuerdos que tiene de sus padres? Si sus padres fueron abusivos o egoístas, probablemente usted se ha pasado la mayor parte de su vida adulta tratando de digerir todo ese daño y dolor, tratando de olvidar, de ver más allá de esa miseria y esos sentimientos de haber sido traicionado, para poder ser una persona completa para sus propios hijos.
 
O quizá usted viene de una familia en la que usted sabía que sus padres le querían, pero, que por alguna razón, ellos eran distantes o pasivos en su vida. Quizá no siempre se sintió protegido del mundo exterior, quizá ha sufrido algún que otro golpazo porque sus padres estaban demasiado ocupados, distraídos o quizá temerosos para acercarse a ver su mundo y las presiones que sufría. Quizá siga usted sintiendo esos sentimientos de profunda tristeza y pérdida porque se sintió engañado al no gozar del derecho divino de todo niño: El derecho a tener un padre, una madre, que sea íntimamente consciente de los detalles de la vida de su niño.
 
Quizá sea usted de los muy afortunados, de los más bendecidos. Viene de un hogar feliz lleno de amor incondicional. Tenía que seguir unas reglas y sabía sus límites. Tenía padres involucrados en su vida, que le enseñaron con el ejemplo, que estaban siempre allí cuando usted los necesitaba, que le enseñaron a diferenciar entre el buen y el mal camino en la vida y que escoger el uno o el otro tiene consecuencias irreversibles.
 
Ahora pregúntese: ¿Qué clase de padre es usted?
 
No me cabe la menor duda que todos quieren ser ese padre o esa madre de la tercera categoría aquí descrita. Todos sabemos instintivamente que ser esa clase de padre le ahorrará a nuestros hijos –y sus parejas– mucho dolor y tristeza.
 
¡Sea ese tipo de padre! ¡Sea ese tipo de madre!
 
Hoy más que nunca, ser esa mamá o ese papá exige un verdadero compromiso; determinar que usted llevará las riendas y que será la persona que influenciará en su hogar con amor tangible, incondicional poniendo una serie de estándares no negociables para usted y sus niños.
 
Demasiados padres han decidido transformarse en un cuarto tipo de padre: el que piensa que tiene que ser el amigo de su hijo. Así habrá mucho amor y comprensión, montones de diversión y de juegos. Pero cuando llegamos a la parte de las reglas, de poner unas normas, de exigir unos estándares y de esperar buena conducta por parte de los niños, entonces no... Lamentablemente muchos padres se desaparecen cuando llega ese momento.
 
Madres, Padres: Sus hijos no necesitan otro amigo más. Necesitan que ustedes sean sus padres.
 
©2005 The Heritage Foundation
©2005 Traducido por Miryam Lindberg
 
Rebecca Hagelin es Vicepresidenta de Comunicaciones y Marketing de la Fundación Heritage
 
Libertad Digitalagradece a laFundación Heritageel permiso para publicar este artículo.

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