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EDITORIAL

Savater desprestigia a ZP… y a sí mismo

¿Vamos también a mentir para que los españoles se crean que la disposición de los terroristas es mejor de la que es?

La desatada campaña política y mediática del gobierno de ZP, a la que nos referíamos la semana pasada, y que tiene por objetivo neutralizar la manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo contra la negociación con ETA, ha alcanzado este lunes a uno de los más publicitados críticos del nacionalismo como es el filósofo Fernando Savater.
 
Savater ha tratado de justificar su postura contraria a esta manifestación asegurando que el pasado sábado, en “casa de unos amigos comunes”, el presidente del Gobierno le aseguró que había recibido una oferta de ETA para dejar las armas “sin letra pequeña y sin contrapartidas políticas, con la única condición de que se dé salida a los terroristas presos”.
 
Si estas polémicas declaraciones del colaborador de Prisa, y miembro designado por ZP del Consejo de Sabios de RTVE, iban destinadas a maquillar la imagen del presidente, hay que decir que han tenido precisamente el efecto contrario. Porque, una de dos: O Zapatero ha mentido a la opinión pública española cuando ha asegurado que no había mantenido hasta ahora ningún contacto con ETA, o es el propio Savater quien miente al decir que Zapatero había recibido una oferta de los terroristas de la que el presidente no ha informado.
 
Peor ha sido, con todo, cuando el filósofo ha corrido a excusarse por una declaración que “ha dado lugar a un malentendido del que me siento responsable”. Savater ha querido “dejar claro que en ningún momento el presidente del Gobierno se refirió a la existencia de una carta u oferta concreta, sino que hizo referencia a los diversos mensajes que por distintos conductos proceden del entorno etarra”.
 
¿Y cuales son, Savater, esos “diversos mensajes”? Porque, si no estamos hablando de ninguna oferta, concreta y confidencial, de la banda terrorista, hay que decir que, de los conocidos mensajes que, desde hace más de un año, proceden del entorno etarra, ninguno habla de “una entrega de las armas sin letra pequeña y sin contrapartidas políticas”.
 
Lo cierto es que, tanto en zutabes, como en documentación incautada a ETA, como en las propias declaraciones de los proetarras, de lo que se habla es de la resolución de un “conflicto político” cuya “solución exige medidas políticas”. ¿Vamos también a mentir para que los españoles se crean que la disposición de los terroristas es mejor de la que es?
 
¿Acaso Savater no leyó el domingo en El País la reconocida disposición del Gobierno a negociar con los neobatasunos la “reforma” del Estatuto de Guernica si ETA les concede una tregua? ¿Acaso no es eso una “contrapartida política? ¿O es que deja de serlo si se negocia el precio político por separado del precio penitenciario? ¿Qué cree Savater que quiso decir ETA cuando la organización terrorista señaló que el contacto mantenido en Perpiñán con los futuros socios de ZP iba dirigido a “colaborar juntos en la desestabilización del Estado Español”? ¿A asumir una “derrota” sin “letra pequeña y sin contrapartidas políticas”?
 
Por otra parte, ¿no es un precio político nuclear estar dispuesto a que un Estado de Derecho ofrezca impunidad a unos presos a cambio de lo que hagan o dejen de hacer los terroristas que siguen en libertad? ¿Qué hay, Savater, de la “ética” proscripción de que el “fin no justifica los medios”? ¿Se cree, además, que poniendo en duda el cumplimiento de las penas y debilitando su efecto disuasorio se va a acabar con el terrorismo? ¿A qué nivel de miope y barato oportunismo quiere rebajar Savater siglos de filosofía del derecho y de pensamiento político?
 
Sabíamos que la solución de este “sabio” al problema de RTVE era que los contribuyentes se hicieran cargo de ella. Ahora pretende que sean las víctimas las que paguen una factura, una factura que sólo anima a los terroristas a elevarla.

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