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Ignacio Villa

La legislatura ha cambiado

Zapatero no sólo tiene que escuchar, tiene que cambiar sí quiere realmente sobrevivir con alguna dignidad a esta legislatura.

Decía el presidente del Gobierno este fin de semana, después de la manifestación de las víctimas del terrorismo del pasado sábado, que habían cambiado las cosas en España puesto que ya no se insultaba a las manifestantes como en los tiempos del Partido Popular. Y habría que decirle al señor Zapatero que efectivamente las cosas han cambiado, pero no en la dirección que él indica.
 
Las cosas han cambiado puesto que en la manifestación del sábado no se ha insultado, no se han quemado sedes del partido en el Gobierno, no se han dibujado dianas con la cara del presidente del Ejecutivo. Las cosas –desde luego– han cambiado puesto que nunca un presidente de Gobierno de la democracia había estado tan lejos de las víctimas. Lejos, muy lejos de ellas. Lejos en lo formal y lejos en las estrategias.
 
Zapatero se ha lanzado a realizar una política basada en la división de las víctimas y de las plataforma sociales; todo ello condimentado con la mentira y la manipulación en los medios de comunicación. Zapatero ha encargado el trabajo de comisario de las víctimas a Peces Barba, ha buscado el enredo con la cena de Savater, ha alentado el trabajo de manipulación del Delegado de Madrid y ha dejado hacer con la mentira a los medios de comunicación oficiales y oficiosos.
 
Por todo esto y por mucho más las cosas han cambiado. Pero también hemos asistido a lo nunca visto hasta ahora. Un presidente del Gobierno, con un año en La Moncloa, nunca se había encontrado a un millón de personas en la calle protestando por una cuestión de tanta relevancia como la política antiterrorista de su Ejecutivo. Una manifestación tan numerosa y tan multitudinaria es de una contundencia tal que cualquier político que se precie debe de caer en la cuenta de la obligación que tiene de cambiar y de rectificar. No es suficiente escuchar con respeto. También se pueden escuchar con respeto los ladridos de un perro, para luego despreciar ese sonido.
 
Zapatero no sólo tiene que escuchar, tiene que cambiar sí quiere realmente sobrevivir con alguna dignidad a esta legislatura. Zapatero ha tocado fondo demasiado pronto. Y esta legislatura ha dado un giro con una rotundidad de tal magnitud que no va a caer en saco roto. Por cierto, ¿alguien puede enseñar a contar al Delegado del Gobierno en Madrid? Es difícil mentir y manipular tanto en tan poco tiempo.

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