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Encarna Jiménez

Mujeres desquiciadas

La serie ha tenido un gran éxito en EEUU y algunos la ven como secuela de “Sexo en Nueva York”, aunque entre ellas hay diferencias muy notables.

Entre la media docena de estrenos de temporada de TVE, “Mujeres desesperadas” es el producto de mayor interés y calidad presentado en la última semana. La cadena pública quiere salvar el verano, en el apartado de entretenimiento, apoyándose en dos estrategias: Una consiste en desarrollar una mezcla de magazines y concursos muy estirados que echan mano de recursos del “reality”, como “Mira quién baila”, “Ankawa” o “Gente de primera”. La otra, comprar series americanas que vengan precedidas de cierta fama.
 
Hace unos días apareció en nuestras pantallas “Perdidos” que, haciendo justicia a su título, fue derivada a un horario vespertino. Tiene buena factura, pero estos supervivientes en isla calurosa están destinados a no pintar más en la programación que cualquier espacio de relleno, y eso que la serie es cara.
 
La apuesta más fuerte, sin embargo, es la de emitir los martes por la noche dos capítulos seguidos de “Mujeres desesperadas”, en directa competición con series españolas, peores pero más populares, como “Hospital Central” y “Mis adorables vecinos”. La serie ha tenido un gran éxito en EEUU y algunos la ven como secuela de “Sexo en Nueva York”, aunque entre ellas hay diferencias muy notables.
 
 “Mujeres desesperadas” tiene un reparto coral en el que las principales protagonistas son cuatro inquietas mujeres de 40 años que viven al borde de un ataque de nervios o rozando el desquicie y hasta el crimen en una colonia de lujo de Long Island. Es una serie irónica en la que no se ahorran adulterios y psicopatías varias generadas por los esquemas matrimoniales y de familia. Todo ello está narrado por una suicida que introduce un elemento de misterio que hace de hilo conductor de la serie.
 
 Al contrario que “Sexo en Nueva York”, las mujeres desquiciadas de Wisteria Lane no son tan amigas y viven experiencias más fuertes. Tenemos a la neurótica mujer perfecta –Bree-, la ejecutiva reconvertida en madre de familia numerosa –Lynette–, la divorciada enamorada de un vecino misterioso –Susan– y la hispana adúltera –Gabrielle–, entre otras.
 
 Además de este retrato femenino, “Mujeres desesperadas” recupera elementos de “soap opera” y también de series de investigación y de crítica familiar y social. El hecho de que haya una trama de misterio la hace adecuada para seguirla de dos en dos capítulos, que no se hacen pesados, y el retrato de sus protagonistas no carece de interés, pues aunque es muy “americano”, los arquetipos son universales y la serie no renuncia a hacer guiños a la historia de las series televisivas desde “Falcon Crest” a “Dos metros bajo tierra”.
 
 

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