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Isabel Durán

El comisario Cortizo y la presidenta

Hombre fuerte del socialismo gallego, pasó a un segundo plano cuando perdió contra Pérez Touriño, resurgió de sus cenizas cuando se convirtió en el azote de Fraga durante el Prestige

Miguel Cortizo Nieto es, desde noviembre pasado, embajador especial para las Comunidades en Iberoamérica. Reconvertido en comisario político de ZP para el control del voto emigrante, no es diplomático por oposición ni por tanto embajador de carrera. Hombre fuerte del socialismo gallego, pasó a un segundo plano cuando perdió contra Pérez Touriño, resurgió de sus cenizas cuando se convirtió en el azote de Fraga durante el Prestige. Un currículo que le incapacita, desde luego, para representar a todos los gallegos y españoles fuera de nuestras fronteras. Eso sí, es un hombre de partido al ciento por cien. La historia de nuestro comisario de ZP nos conduce paradójicamente hasta la Comisión de No Investigación del 11-M. Ya verán por qué.
 
Cortizo, junto con otros tres diputados del Parlamento de Galicia presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional para que la Comisión de Investigación del Prestige no sufriera un carpetazo, como el entierro que ahora pretende su mismo partido hoy en el Gobierno de la Nación con la Comisión del 11-M. También pedían los representantes del grupo socialista que se les reconociera el derecho a ejercer sus funciones en condiciones de igualdad en la Comisión, algo que hoy claman quienes ostentan la representación de 10 millones de votos y sus peticiones son sistemáticamente rechazadas por la UTE “Todos contra el PP”.
 
Pues bien, la magistrada ponente de la sentencia sobre el recurso de los socialistas fue Emilia Casas, actual presidenta del TC. ¿Y qué falló doña Emilia en la sentencia 226 de 29 de noviembre de 2004? Que a los parlamentarios socialistas se les debían reconocer sus derechos en condición de igualdad en la comisión de investigación. Y aún más. Declaró la nulidad del acuerdo tomado por el pleno del Parlamento gallego por el que se disolvía la Comisión de Investigación del Prestige.
 
Con estos precedentes se plantean varias incógnitas. ¿Presentará el PP un recurso ante el TC, como lo hicieron en su momento los socialistas para que se reabra la Comisión de No Investigación del 11-M? ¿Qué diría ahora la actual presidenta del Tribunal, la ponente que falló a favor del PSOE en al Comisión de Investigación del Prestige? ¿Cuál sería el resultado de la esa sentencia?
 
De esta curiosa manera, las elecciones gallegas cuyo resultado final depende del voto emigrante en manos de Cortizo, el comisario político de ZP, nos deja una historia en el camino que conduce directamente a lo que todavía se puede hacer para que no se perpetre uno de los mayores atentados contra la democracia: el negar a la ciudadanía su derecho a saber la verdad sobre las matanzas del 11-M. Ojalá el PP tome nota y sea para bien.

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