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GEES

Es su turno

Lo que ahora esperamos de ellos es condenas públicas, sonoras, visibles, multitudinarias. Aquí y allí. Y de nuestros líderes que se lo exijan de gobierno a gobierno. Si algún sentido tiene la Alianza de Civilizaciones ha de ser ese

Alto y claro. Les toca a ellos decir kifiya, basta. Rotundamente. Sin peros, fintas ni escamoteos. Nada de que condenan el terrorismo pero en el fondo somos los culpables por el colonialismo, Palestina o el sursum corda. Todo lo que consideran el corazón de las tierras del Islam se lo arrebataron a la cristiandad a punta de espada. Como con los comunistas, nadie ha matado a más islámicos que los musulmanes. Nadie más iraquíes que Sadam. Nadie más argelinos que el GIA y el ejército. Y Darfur. Y las cacerías de negros en África. Y otras muchas abominaciones. Dejémonos de tonterías. No están como para tirar ni la quinta ni la décima piedra y en todo caso no es esa ahora la cuestión.
 
Gozan entre nosotros de muchos más derechos y viven mucho mejor que en sus países de origen, especialmente si no se confinan en ghettos que perpetúen sus taras culturales, y utilizan la seguridad social, sobrecargándola en nuestro detrimento, desde el día en que llegan. Lo que ahora esperamos de ellos es condenas públicas, sonoras, visibles, multitudinarias. Aquí y allí. Y de nuestros líderes que se lo exijan de gobierno a gobierno. Si algún sentido tiene la Alianza de Civilizaciones ha de ser ese. Queremos ver manifiestos y manifestaciones. Los primeros con muchas firmas conocidas de clérigos, intelectuales, periodistas, artistas, políticos. Las segundas nutridas y partiendo de las mezquitas. Nos lo deben. Lo demás son cuentos.
 
No ha habido xenofobia y no estamos dispuestos a consentirla. Nuestra virtud está demostrada. Que nos demuestren la suya. Seguro que muchos se sienten horrorizados y asqueados, pero no hay duda de que otros se alegran. Queremos saber cuantos hay de los primeros y ver como arrinconan a los segundos. No se echaron nunca a la calle por Osama. Ya es hora de que lo hagan en su contra. Primero los de aquí para dar ejemplo, pues eso de manifestarse no se lleva en sus madres patrias. Por el desplome del comunismo sabemos y saben sus jerarcas lo peligroso que es eso. Si muchos se juntan descubren su fuerza y pueden volverse contra sus amos aquejados de urnatropismo negativo. No es nuestro problema. A los que nos gobiernan les exigimos que lo exijan.

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