Yo creo que a Lance Armstrong siempre le habrían exigido más. Cuando escuché a un especialista afirmar con contundencia que el estadounidense no había conseguido ganar su séptimo Tour de Francia con la misma comodidad de otras veces, tuve idéntica sensación que cuando vi por primera vez Spiderman de Sam Raimi. No existe un super-héroe más incomprendido que Spiderman. Y en esa película hay una escena en la que, con Peter Parker a los pies de la cama de su abuelita, ésta le decía a su nieto lo siguiente: "Te noto un poco cansado hijo mío; recuerda que no eres Supermán"... Nada me habría gustado más como que, en ese preciso instante, Peter hubiera revelado su auténtica identidad: "Pues no, abuelita, no soy Supermán, soy Spiderman, y estos son mis superpoderes, y aquí escondo mi traje, y estoy tan cansado precisamente porque vengo de luchar durante toda la noche con el Duende Verde. Ahí querría ver yo a Supermán, abuelita, ahí querría verle yo". Pero aquella vez Peter Parker calló. Como luego callaría Lance Armstrong.
Me habría encantado que, justo cuando el especialista empezaba a hablar de las tremendas dificultades del tejano a la hora de ganar un nuevo Tour, de repente éste hubiera llamado a la radio: "Pues no, no soy Merckx, soy Armstrong, el corredor más joven en ganar una etapa después de la II Guerra Mundial, el de Sestrières, el de Luz Ardiden, el de Hautacam, y estoy tan cansado precisamente porque me he puesto ochenta y tres veces el maillot amarillo y he ganado veinte etapas desde 1999. Y, como colofón, todo eso lo he logrado después de haber superado con éxito un cáncer en los testículos que me diagnosticaron en el año 1996". Pero desgraciadamente Lance Armstrong no llamó y sólo pudo oírse la voz de aquel especialista.
Dicen que las cifras no mienten, pero que los mentirosos también usan cifras. Armstrong no es Merckx. Son otros tiempos, estilos diferentes y hasta bicicletas distintas. Lance se ha ido deshaciendo de Zulle, Ullrich, Beloki, Vinokourov y Basso, mientras que al Caníbal le tocó vérselas con Zoetemelk, Poulidor, Gimondi, Thevenet y Ocaña. Armstrong ha ganado siete veces el Tour de Francia, la carrera por etapas más importante del mundo, mientras que el "ogro de Tervueren" consiguió cinco veces el Tour y otras tantas el Giro de Italia, además de una Vuelta a España, tres Mundiales y un récord de la hora. Lance Armstrong es el auténtico "Super Tour". Ya puede colgar el maillot amarillo. Ya puede revelarnos su auténtica identidad. Ya puede dejar de batallar.
