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Daniel Rodríguez Herrera

La semana de Google

Parece que, mientras Google Desktop presenta muy buena cara, el lanzamiento de Google Talk se ha hecho pensando más en los inversores que en los usuarios

“Elegí un mal día para dejar de esnifar pegamento”. Esa fue lo que se me vino a la cabeza después de ver cómo Google dedicó la semana pasada a hacer dos lanzamientos previsiblemente importantes en su futuro camino, empezando al día siguiente de haber escrito una crítica contra un cierto abandono de su slogan de “no hacer el mal”. Parece evidente que esta concentración en la publicación de software se debe a que desea presentar una buena cara a los inversores que deberán comprar las acciones que van a poner a la venta. Lo que nos lleva a dudar de que hayan sido adecuadas para los usuarios.
 
La versión 2.0 de Google Desktop es un paso adelante realmente significativo. Con él, Google está ofreciendo un modo alternativo al navegador para obtener la información contenida en la web, en competencia con el Dashboard de Apple y Konfabulator de Yahoo. Su principal problema no es que esté en inglés, sino que está totalmente orientado a usuarios norteamericanos. Así, podremos consultar el tiempo que hace en Chicago pero no en Matalascañas o saber el precio de las acciones de General Motors pero no el de las de Endesa, así como recibir noticias de Los Angeles Times pero no las de El País, que sé que en el fondo es lo que más les gusta a ustedes. No obstante, es impresionante ver cómo utiliza lo que hace el usuario para irse personalizando. Las noticias que me aparecen, según pasan los días, están cada vez más relacionadas con las nuevas tecnologías. Red Liberal, Libertad Digital y otros sitios web que visito con frecuencia están cada vez más presentes en el panel bautizado como “Web Clips”. Además, la mejora del buscador es palpable. Permite filtrar mejor los resultados de las búsquedas, incorpora una barra en Outlook para buscar mensajes y la caja de búsquedas va mostrando los resultados según los escribimos. Incluso podemos ejecutar programas empleando el buscador de escritorio de Google, haciendo casi innecesario el menú de inicio de Windows. Realmente útil, en definitiva.
 
Google Talk, en cambio, resulta un poco decepcionante. Es un producto pequeño que funciona bien, pero que no ofrece nada nuevo y, de hecho, se queda muy atrás con respecto a sus competidores tanto en el mercado de la mensajería instantánea como en el de la voz vía Internet. Ha empleado un protocolo libre llamado Jabber, lo que significa que muchas aplicaciones ya existentes como Trillian o GAIM pueden acceder a la red, pero desgraciadamente los servidores de Google no se han conectado con los demás servidores Jabber, lo que limita absurdamente la base de usuarios inicial. Hay que tener en cuenta que la primera característica que se tiene en cuenta a la hora de emplear uno de estos servicios es el número de personas que están conectadas ya. Si casi todos los usuarios españoles usan Messenger es porque casi todos los usuarios españoles usan Messenger. Si Google quiere triunfar en un mercado en el que millones de usuarios emplean las alternativas más asentadas de sus competidores debería disponer de una aplicación tan extraordinaria que justificara el cambio. Y, por ahora, no lo ha hecho. Es difícil predecir que podría incorporar para ponernos los dientes largos. Quizá los nuevos traductores en los que está trabajando y que han ganado el concurso internacional de traducción mecanizada podrían lograrlo. ¿Se imagina chatear con un amigo angloparlante y que cada uno leyera en su idioma lo que el otro escribe en el suyo?
 
En cuanto a la voz, Google Talk no da nada que no tenga ya Skype, mientras que Skype sí que tiene algo de lo que carece la primera: la posibilidad de enviar y recibir llamadas de teléfonos tradicionales, a precios realmente bajos, siempre y cuando estemos hablando de telefonía fija, eso sí.
 
Parece que, mientras Google Desktop presenta muy buena cara, el lanzamiento de Google Talk se ha hecho pensando más en los inversores que en los usuarios. Llevábamos desde el lanzamiento de Gmail especulando acerca de una posible red de mensajería de Google, pero el resultado ha sido más bien decepcionante. Mucho tiene que mejorar de ahora en adelante para que nos quitemos este mal sabor de boca.

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