El precio promedio de la gasolina regular en Estados Unidos es 2,50 dólares. ¿Es muy alto? Esa no es la manera correcta de formular la pregunta. La altura promedio de las mujeres en EEUU es de 1,62 metros, y la de los hombres es 1,78. Yo mido 1,93, alto en relación a la población del país, pero si me ponen en una cancha de baloncesto parezco pequeño. De igual manera, cuando consideramos si el precio es alto o bajo hay que preguntar en relación a qué.
En 1950 se vendía la gasolina a unos 30 centavos el galón. Para hacer la comparación hay que tomar en cuenta la inflación, y confío en www.westeg.com/inflation para hacerlo: lo que en 1950 costaba 30 centavos cuesta 2,33 dólares en 2005. En términos reales, la gasolina es hoy ligeramente más cara, un 8%, que en 1950. Y hasta hace poco la gasolina era relativamente más barata.
Algunos ciudadanos exigen que el Gobierno haga algo con respecto a los precios de la gasolina. En 1979 el Gobierno actuó. La Administración Carter impuso un control de precios. ¿Qué pasó? Teníamos muy largas colas en las estaciones de gasolina, las cuales a menudo cerraban por falta de suministro. Se estima que los norteamericanos gastaban 150.000 barriles diarios de petróleo mientras hacían la cola con el motor encendido. Entonces el Gobierno neciamente decretó que se podía comprar gasolina en días pares o impares, según el número de la placa del vehículo.
Con la reciente alza de precios de la gasolina el Gobierno no ha instrumentado ninguna de esas políticas estúpidas, y por ello no hemos sufrido escasez, ni largas colas ni pleitos en las gasolineras. ¿Por qué? Porque se ha permitido que el precio desempeñe su función de igualar la demanda a la oferta.
Nuestros graves problemas de suministro los hemos creado nosotros mismos. Hay grandes reservas de petróleo bajo el Refugio Nacional de Animales Silvestres de Alaska. El área de perforaciones sería menos de un 1,5% de la extensión del parque, donde se estiman que hay 10.000 millones de barriles de petróleo, pero el poder de los ambientalistas en el Congreso no ha permitido las perforaciones. También han logrado restringir la producción mar afuera en el Golfo de México y en las costas de California. Otra parte del problema proviene de la insuficiente capacidad de refinamiento, porque los ambientalistas no han permitido que se construyan nuevas refinerías desde hace 30 años.
Pocos son conscientes de que Estados Unidos es uno de los más grandes productores de petróleo: después de Arabia Saudita, que produce 10,4 millones de barriles diarios, y de Rusia, que produce 9,4 millones, está EEUU, con una producción de 8,7 millones. Pero podríamos producir más, y tengo una teoría sobre por qué no lo hacemos. Los productores utilizan una variedad de técnicas para convertirse en monopolios y lograr las ganancias mayores que obtienen los monopolios. Mi hipótesis es que el cartel de la OPEP está financiando a sus aliados ambientalistas con “contribuciones de caridad” para reducir la producción petrolera en EEUU. No tengo pruebas de esto, pero se trata de una hipótesis que bien vale la pena examinar.
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Walter Williams es Profesor de economía de la Universidad George Mason y académico asociado de Cato Institute.
