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Juan Manuel Rodríguez

Copa Davis: vuelven los "patos"

Si Muñoz piensa que el puesto de capitán debe ser un premio para uno de nuestros tenistas más importantes... ¿por qué no se lo ofrece a Bruguera?

No me pilla en absoluto desprevenido que William Álvarez, conocido por todos en el mundillo tenístico como el "pato", dijera el otro día que Emilio Sánchez Vicario sería un fenomenal capitán de Copa Davis. En el año 1990 el propio Emilio, su hermano Javier, Sergio Casal y el citado William Álvarez provocaron un cisma sin parangón en el tenis español tras exigir la dimisión de Manolo Orantes, por aquel entonces capitán español de la Davis, y la exclusión del equipo de Sergio Bruguera. Dos por uno. También se rumoreó en su día que los jugadores que dirigía Álvarez vetaron la participación de Bruguera, nuestro tenista con mayor proyección, en algunos torneos de exhibición.
 
El "hermanísimo" le ponía así la zancadilla al señor Orantes, santo y seña de nuestro tenis y ganador, entre otros grandes torneos, del Open de Estados Unidos o del Torneo de Maestros. Aquel veto del 90, sin embargo, le vino de maravilla a Bruguera que terminaría ganando Roland Garros en los años 1993 y 1994. Emilio no pasó nunca de ser un doblista correcto, un jugador sin demasiada consistencia sobre la pista. Poco más. Ciertamente al equipo español de Copa Davis nunca le fue demasiado bien con aquella generación de jugadores.
 
Supongo que aquella refriega conduciría a pensar a Agustín Pujol que lo mejor sería tener contentos a los tenistas, de ahí que se llevara a todos sus entrenadores dando origen a lo que, hasta hace bien poco tiempo, hemos llamado "G-3". Nunca terminó de convencerme aquel "parche", pero lo cierto es que, ya fuera con el "G-3" o con el "H-7", España (la calidad de sus tenistas) acabó ganando dos Ensaladeras de Plata. No me sorprendió que el "pato" le hiciera publicidad gratuita a su chico, pero sí me llama realmente la atención que Pedro Muñoz, incumpliendo la palabra dada, haya finiquitado a las primeras de cambio una fórmula que funcionó. Y sobre todo me llama la atención el nombre que ha elegido para sustituir al "G-2". Si Muñoz piensa que el puesto de capitán debe ser un premio para uno de nuestros tenistas más importantes... ¿por qué no se lo ofrece a Bruguera?... ¿O es que, quince años después, continúa todavía el veto de los "patos"?...

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