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Alberto Míguez

Varapalo al socialismo... y a Soares

El triunfo de la socialdemocracia y la derrota del socialismo tendrán sin duda consecuencias sobre el futuro político del país y especialmente en los resultados de las elecciones presidenciales.

Los portugueses propinaron el domingo al Gobierno socialista de José Sócrates y al futuro candidato presidencial, el anciano Mario Sores, un varapalo político del que difícilmente ambos podrán salir indemnes.
 
En las elecciones municipales producidas siete meses después de que el socialista Sócrates hubiese alcanzado el gobierno, el PSD (partido socialdemócrata, centro-derecha) derrotó en toda la línea a los candidatos socialistas, entre ellos al hijo de Mario Soares, su infeliz heredero. Los socialdemócratas, más bien la derecha reformista, ganaron las alcaldías de las tres grandes ciudades del país (Lisboa, Oporto y Sintra) con gran diferencia mientras que los llamados candidatos "independientes", algunos de ellos alcanzados por la ola de corrupción que carecteriza la vida política del país ibérico, también triunfaron en sus respectivos municipios.
 
El triunfo de la socialdemocracia y la derrota del socialismo tendrán sin duda consecuencias sobre el futuro político del país y especialmente en los resultados de las elecciones presidenciales a las que se presentan dos pesos pesados socialistas (Mario Soares y Manuel Alegre) y a las que eventualmente podría presentarse el competente profesor Cavaco Silva, que fue un excelente primer ministro y que cuenta con el apoyo de su partido, el Socialdemócrata.
 
La caída de la "casa Soares" en estas elecciones constituye todo un ejemplo: el hijo y heredero político de Mario Soares, Joao Soares se presentó a la alcaldía por la localidad de Sintra, próxima a Lisboa y tercera en población del país. Su padre utilizó toda su artillería dialéctica, sus amistades, influencias y complicidades en el partido socialista para conseguir el triunfo del retoño. No lo consiguió: Joao Soares fue batido por el socialdemócrata Fernando Seara sin dificultad alguna. Con el agravante de que su padre puede ser sancionado con una multa o incluso una pena de seis meses de cárcel por la Comisión Electoral Central porque, haciendo mangas y capirotes con la legislación vigente siguió haciendo campaña por su hijo... el mismo día de las elecciones.
 
Soares (82 años) pretende volver a la Presidencia de su país y pero para ello tendrá que ganar en primer lugar a un "histórico" o prehistórico dirigente socialista, el poeta Manuel Alegre. A estas alturas y si el profesor Cavaco Silva, espoleado por el éxito de su partido en estas elecciones municipales decide presentarse a las presidenciales las posibilidades del viejo dirigente luso son muy pequeñas. Los portugueses están hartos del Gobierno socialista de José Sócrates, que llegó al poder con mayoría absoluta popular y parlamentaria, prometió grandes cambios sociales y económicos sin que los resultados se hayan visto. Por el contrario, el paro, la inflación, el déficit público y la corrupción mangonean la v ida política del país vecino. Las presidenciales pueden ser decisivas para el rumbo futuro de los portugueses. El domingo parece haberse iniciado el gran cambio.

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