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Las mentiras socialistas

No hay nada de que avergonzarse. La verdad es lo que tienen que defender frente a la maquinaria de manipulación de Ferraz y la Moncloa.

Hubo un tiempo en que el PP creía que no hablando de Irak la gente se olvidaría del tema. Hoy sabemos que no fue así, entre otra serie de cosas porque la guerra de Irak ha sido y sigue siendo uno de los temas preferidos del gobierno socialista para amedrentar al aparato popular. El PP no pudo ni puede pasar la página de Irak porque el PSOE simplemente no le deja. Ahora que George Bush y Blair sufren una nueva ofensiva por quienes critican la intervención en tierras de Mesopotamia, los ideólogos del Gobierno quieren revivir aquí el mismo drama. El argumento del PSOE en el Gobierno sigue siendo el mismo que cuando estaba en la oposición en el año 2003, a saber, que la guerra fue ilegal, inmoral e innecesaria; que se basó en una gran mentira sobre las armas de destrucción masiva de Saddam, nunca encontradas; y que sólo ha servido para aumentar el caos y el peligro en Irak. El culpable de todo, por supuesto, José María Aznar quien habría arrastrado al país a una guerra de mentiras.
 
Y, en verdad, mentiras sobre Irak ha habido muchas, pero todas desde las filas socialistas. ¿Por qué no recuerdan los Zapateros y Rubalcabas de turno lo que ellos mismos decían sobre el arsenal de Sadam Hussein? Por una sencilla razón: porque todos descubriríamos que ellos, los honestos socialistas, también creían a pie juntillas en las armas de destrucción masiva iraquíes. No sólo nunca intentaron rebatir su existencia, que dieron por sentada de forma natural, sino que algunos de sus más destacados representantes, se mostraron explícitamente convencidos sobre la realidad de las mismas.
 
Aquí se recuerdan algunas de sus citas, sólo para dejar constancia:
 
- En la primera comparecencia del Presidente Aznar ante el Pleno del Congreso de los Diputados, de 5 de febrero de 2003, Zapatero nunca niega la existencia de esos sistemas, sino que subraya que lo importante es desarmar a Irak y sólo muestra su disconformidad con que eso se logra recurriendo a una guerra. Quiere darle más tiempo a los inspectores pero no niega ni rechaza la idea de que haya que desarmar a Sadam.
 
- Antes, el 26 de septiembre de 2002, Javier Solana, en una visita a la sede de la OSCE declaró a los periodistas “No tengo necesidad de escuchar a Tony Blair para estar convencido de que existen armas de destrucción masiva en Irak y debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para destruir esas armas”.
 
- La Internacional Socialista, en su reunión de Roma los 20 y 21 de enero de 2003, pedía más tiempo para los inspectores pero no cuestionaba la existencia de las armas: “La Internacional Socialista subraya que la misión debe lograr el desarme total de las armas de destrucción masiva químicas, bacteriológicas, radiológicas y nucleares con el fin de remover toda amenaza al pueblo iraquí y a la región”.
 
Los socialistas, porque hay más citas, no callaron sobre las armas de destrucción masiva que había que eliminar. Sobre lo que sí callaron, una vergüenza total para venir de la izquierda, fue sobre las matanzas, masacres y horrores que el régimen tiránico de Sadam Hussein había impuesto sobre su propio pueblo. Desde luego no son cómplices de la intervención que acabó con él, en todo caso, con el último intento de mantener a Sadam en el poder por tiempo indefinido.
 
Eso no se les puede olvidar. Ni a ellos, ni a los actuales dirigentes del PP. No hay nada de que avergonzarse. La verdad es lo que tienen que defender frente a la maquinaria de manipulación de Ferraz y la Moncloa.

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