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Ignacio Villa

Zapatero con Perpiñán

Zapatero tiene un modelo que pasa por un nuevo estatus para Cataluña y el País Vasco impuesto por la banda. El club de Perpiñán se ha demostrado clave para este nuevo diseño del presidente del Gobierno

Qué mal genio tiene esta señora. Mejor dicho, qué mal genio tiene este Gobierno. Este viernes, en la rueda de prensa del Consejo de ministros se ha visto a la vicepresidenta del Gobierno enfadada con el mundo, con los medios de comunicación y con el Partido Popular. Pero especialmente, hemos visto a una portavoz que pierde la credibilidad por días. De tanto manipular la realidad, a uno se le termina avinagrando el carácter. Y así está este Gobierno. Del talante hemos pasado al mal genio y ya estamos en el vinagre. ¿Cuál va a ser el siguiente paso?
 
Ahora el Gobierno anda despistado interpretando el último comunicado de los terroristas etarras, una auténtica vergüenza para cualquier Ejecutivo europeo que se precie. Para empezar, el Gobierno no conocía la inmediatez del comunicado, y lo que es más grave, la Guardia Civil fue quién facilitó a Moncloa el comunicado de los terroristas cuando estaban fuera de juego buscando ese texto que decían que tenía la BBC, o que había sido recibido en algunas Embajadas europeas.
 
La realidad es que cada día que pasa se ve que este Gobierno se encuentra fuera de sí. En el comunicado difundido por la banda terrorista no ocultan sus objetivos y sus intenciones, y es evidente que todo el proceso de la reforma del Estatuto en Cataluña se ha convertido en una referencia obligada para los terroristas. No es nueva la opinión que advierte, que de lo que ocurra en Cataluña depende el futuro del País Vasco. Pero en esta ocasión los propios terroristas han confirmado que lo que ellos quieren negociar va a pasar por la reforma del Estatuto catalán. Una amenaza que nos sitúa de nuevo en la ciudad de Perpiñán y en la reunión de Carod Rovira con ETA para pactar una tregua sólo en Cataluña.
 
El último comunicado de ETA coloca encima de la mesa varias evidencias. El Gobierno busca a la desesperada un tregua terrorista, como una tabla de salvación para una situación a la deriva. Zapatero tiene un modelo que pasa por un nuevo estatus para Cataluña y el País Vasco impuesto por la banda. El club de Perpiñán se ha demostrado clave para este nuevo diseño del presidente del Gobierno. Y por último –y lo más grave– Zapatero se ha convertido en un rehén de aquel acuerdo entre ERC y ETA. Con el paso de los meses, estas siglas se han convertido en las siglas claves para entender los los tumbos del presidente del Gobierno. Por lo que se ve, Zapatero se encuentra atrapado en sus propias trampas, y con menudos compañeros.

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