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Amando de Miguel

La política y el politiqués

José Mª Navia-Osorio me envía una sensata reflexión política. Entresaco lo fundamental para que sirva de estímulo: “Lamento hacer notar que en España apenas hay liberales. Nuestros covotantes del PP… son en su gran mayoría cualquier cosa menos liberales. Es lógico, los partidos liberales en otros países (Alemania, Inglaterra) son pequeños partidos bisagra que en ocasiones actúan como moderadores de la actividad política. Como no son liberales, no tienen la capacidad de cuestionar sus ideas y creen que todo lo que hace nuestro partido está bien… [No hay por qué] comulgar con todas las proposiciones del partido… Al final, pertenecemos a un partido porque es el que se acerca más a nuestras ideas. Me repele la [llamada] corrección política. No me molesto en emplear un lenguaje políticamente correcto y he de reconocer que usted me gana en esa postura”. No sé si le gano o no en esa competición, pero le participo que mis disgustos me cuesta. Llamar a las cosas por su nombre puede ser peligroso, se lo aseguro.

Jesús Montero comenta que el nuevo organismo que sustituye al benévolo INEM (Instituto Nacional de Empleo) ahora se denomina servicio Público de Empleo Estatal. Comenta don Jesús si “no hubiera sido más correcto denominarlo Servicio Público Estatal de Empleo. Tiene toda la razón. Es un acto fallido, el del responsable de las etiquetas públicas. Deja asomar la estúpida creencia de que los empleos son creación del Estado. La cosa es dejar el adjetivo “estatal” para cada una de las 17 nuevas “naciones” en curso de constitución. Yo reivindico mi nación zamorana, naturalmente con salida al mar.

Soledad Carrasco (Madrid) acaba de leer unas declaraciones de José María Fidalgo en las que dice que “León no tiene identidad identitaria”. Me pregunta qué se debe entender por “identitario”. La palabreja no ha llegado a los diccionarios, pero está en el aire. La utiliza mucho Alejo Vidal Quadras para referirse a un tipo de nacionalismo excluyente, furibundo. Naturalmente, es el adjetivo de “identidad”. Aparte de los significados conocidos, la “identidad” es ahora un nuevo concepto. Consiste en una especie de cristalización en torno a un núcleo de personas con poder y sobre todo con ganas de más poder. Logran que otras muchas personas como ellas destaquen un rasgo de su biografía como el definitorio. Suele ser un rasgo que otorga al grupo así definido la cualidad de sentirse minoritario y discriminado. La consecuencia es que, mediante esa acción, el grupo consigue una generosa parte del presupuesto público. Ejemplos de “identidad”: Cataluña, País Vasco, asociaciones feministas, cofradías de pescadores, musulmanes, sindicalistas. No todos los “colectivos” logran convertirse en “identidades”. Tiene razón Fidalgo, León no ha conseguido la marca identitaria. Es fundamental para ese logro que la identidad responda al patrón progresista. De ahí que los nacionalismos se estén haciendo de izquierdas.

Ander del Río García me envía un ingeniosísimo epigrama político. Consiste en una especie de discurso que puede recitar por ejemplo Zapatero, leído de arriba abajo (1, 2, 3..). Pero la correcta interpretación es la que se saca de leer el mismo texto de abajo arriba (16, 15, 14…). Copio solo un trozo de este hilarante texto, estupenda ilustración del lenguaje políticamente correcto:

1.En nuestro partido cumplimos con lo que prometemos.
2.Solo los imbéciles pueden creer que
3.no luchamos contra la corrupción.
4.Porque si hay algo seguro para nosotros es que
5.la honestidad y la transparencia son fundamentales
6.para alcanzar nuestros ideales.
7.Demostraremos que es una gran estupidez que
8.las mafias seguirán formando parte del Gobierno
9.como en otros tiempos.
[hay más versículos entre medias]
1.No permitiremos de ningún modo que
2.nuestros niños tengan una formación insuficiente.
3.Cumpliremos nuestros propósitos aunque
4.los recursos económicos se hayan agotado.
5.Ejerceremos el poder hasta que
6.comprendan desde ahora que
7.somos la nueva política.
Goetz von Berlichingen me llama la atención sobre un jeribeque más del politiqués: las “complicaciones circulatorias”. Es lo que dice la Dirección General de Tráfico para no tener que hablar de los atascos cotidianos. Concluye don Goetz: “DGT, no podemos redactar por ti”. Por cierto, ¿a qué santo la DGT nos tutea cuando dice eso de que “no podemos conducir por ti”?

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