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Agapito Maestre

Ahora la libertad de prensa

Histórica es la secuencia represiva: así lo hizo Napoleón, así lo hicieron los nazis y estalinistas y así también lo hace el gobierno de Zapatero. Y luego dicen que no une el tradicionalismo totalitario.

No me ha extrañado que el Gobierno quiera crear un Consejo Estatal de los Medios Audiovisuales, que tendrá como objetivo fundamental restringir la libertad de prensa, es decir, el derecho de todos los ciudadanos a una información elaborada sin ningún tipo de censura y limitación del Estado. El anteproyecto de ley para la creación de este organismo, como muchos otros de este gobierno, sólo aspira a transformar unas instituciones libres en órganos de propaganda política. Por lo tanto, después de avasallar la legítima libertad de enseñanza, este gobierno y sus aliados catalanes se dirigen con precisión a censurar la libertad de información y prensa. El modelo totalitario es viejo y conocido, pero avanza inexorablemente en la España del siglo XXI: donde el poder público no respeta la libertad de enseñanza termina arrollando también la legítima libertad de prensa de una sociedad democrática.

La secuencia es clara. Primero, ha sido la aprobación de la LOE para cercenar la libertad de enseñanza, a pesar de los millones de ciudadanos que se han manifestado en contra de tal bodrio legal. Y ahora toca, en segundo lugar, intervenir en la libertad de expresión de los medios de comunicación, o sea, del derecho de los ciudadanos a recibir la información que les plazca. Histórica es la secuencia represiva: así lo hizo Napoleón, así lo hicieron los nazis y estalinistas y así también lo hace el gobierno de Zapatero. Y luego dicen que no une el tradicionalismo totalitario. La estatificación de la enseñanza y de la prensa es el paso decisivo para matar el alojamiento de la libertad ciudadana: el Estado de Derecho.

La aparición altiva y amenazadora del Consejo Audiovisual Catalán (CAC), incluso después de haberse iniciado la recogida de firmas para luchar porque la COPE no sea cerrada en Cataluña, y el futuro Consejo Estatal de los Medios Audiovisuales tienen un doble objetivo: matar el Estado de Derecho y su sistema de garantía de todas las libertades. España es, pues, un Estado de Derecho amenazado por el Gobierno, pues no creo que nadie en su sano juicio pueda interpretar la aparición de esos organismos controladores de la libertad de prensa como una manera de potenciar las libertades. La cosa es tan grave que, aunque resulte sorprendente, ni siquiera los medios de comunicación más cercanos al Gobierno han aplaudido la aparición de estos órganos de control y castigo. ¡Ya veremos cuánto dura este “silencio crítico”!

Claro y distinto es el estímulo ideológico, el totalitarismo, que condiciona la aparición de estos organismos intervencionistas y controladores de las libertades de la sociedad civil. Sin embargo, cabría preguntarse en términos políticos: ¿contiene la sociedad española un impulso, un estro democrático, capaz de parar la avalancha totalitaria de este Gobierno? ¿Es suficiente la capacidad ciudadana de ejercer la autolimitaciónen el ejercicio de la libertad de expresión para detener la deriva totalitaria del PSOE?

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