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Carlos Semprún Maura

El general invierno

“La droga, ¿qué?” “No existe aquí. Este es el único país comunista del mundo.”

Tía Mercedes me pregunta cuántas cadenas de televisión tenemos. No sé, nunca las he contado. ¿60? ¿80? ¿100? El caso es que a mi mujer le ha dado por poner Planeta. Nada tiene que ver con el polémico premio literario, ni con la editorial, ni siquiera con Carod Rovira: es el nombre de la cadena de televisión estatal internacional rusa. Yo no sé ruso, pero Nina sí, y le encanta escuchar una de sus lenguas maternas. Pero aún sin saber ruso entendí perfectamente un reportaje sobre un nuevo montaje del clásico “Hamlet”, en un teatro de Moscú, cuya puesta en escena es digna de figurar en un Festival de Aviñón, con actores en tejanos y sin afeitar, actrices vestidas de harapos punk, aullando como si estuvieran actuando, mal, en una obra del pobre Muñoz Seca. Nada más internacional que la vulgaridad chabacana.

En cambio, por ITV, la cadena de información continua de Canal Plus, vi otro reportaje de la difunta Match. Si el primero trataba de la ferocidad de los islamistas en Cachemira, en este segundo, un grupo de periodistas disfrazados de turistas, con turística cámara de video, filmaban un reportaje sobre Corea del Norte. Claro, sólo podían filmar lo permitido y, además, sus guías-interpretes-policías estaban continuamente prohibiéndoles grabar esto o aquello, pero los periodistas se las arreglaban astutamente, y recuerdo, entre otras imágenes, las nutridas colas de mujeres y niños con cubos, que iban a buscar agua a una fuente rústica como si estuvieran en el África subsahariana. Distinguir a los niños “buenos” de los “malos” es bien sencillo, los “buenos” van uniformados y no hacen colas. Y se parecen a las hitlerjugend. Los periodistas se divertían haciendo preguntas maliciosas a sus guardaespaldas: “La droga, ¿qué?” “No existe aquí. Este es el único país comunista del mundo.” “La prostitución, ¿qué?” “No existe. Éste es el único...” “La homosexualidad, ¿qué?” “No existe. Éste es....” ¡Una maravilla! No me extraña que la cadena Matchno haya encontrado público, era demasiado buena. Por cierto, ¿saben dónde se condena aún a la pena de muerte a los homosexuales? Pues en los países árabes.

Me divertí, esta mañana de catacumbas, con el autobombo “europeo” en torno al lanzamiento del primer satélite del programa Galileo y , como no podía faltar, los franchutes, como Tarzan de los Monos Thyssen, se golpean ufanos el pecho, clamando: ¡Es un éxito esencialmente francés! Salvo que es una realización esencialmente rusa. Las autoridades francesas, como el bobo de Jacques Barrot, comisario ferrocarril de Bruselas, afirman que Galileo asegurará la independencia europea frente a los USA. Está visto que en esta óptica de “guerra de independencia” van a aliarse con Irán para asegurarse las armas nucleares independientes.

Me regaña tía Mercedes: “Pero, ¿por qué titulas el general invierno?” Porque en eso estamos; hace frío, nieve, hielo. En toda Europa, carreteras atascadas, aeropuertos cerrados, accidentes de tráfico, automovilistas secuestrados, como otros inviernos. Y en cuanto al reverso de la medalla, ¿quién insistía sobre la pertinaz sequía? ¿No era Felipe II?

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