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Alejandro A. Tagliavini

Socialismo latinoamericano

probablemente, el caso más irónico sea el del "progresista" Kirchner que usa las fastuosas residencias, aviones y helicópteros presidenciales hasta para dormir la siesta

El socialismo es una gran mentira demagógica que, mientras empobrece a los ciudadanos que tienen que financiar un Estado manirroto y omnipresente, sirve para que sus "dioses-históricos-dirigentes" lleven una vida al mejor estilo de los príncipes medievales. Pero en estos días se han publicado noticias que ponen en evidencia que el socialismo no es más que una mentira para consumo de los crédulos.
 
La prensa publicó que el socialista "Lagos es el presidente que más armas compró al Ejército chileno" y me llamó la atención. Cualquiera hubiera supuesto que, más allá de la discusión sobre las fuerzas armadas como instituciones del Estado, con la verborragia anti militarista de la izquierda latinoamericana, Lagos hubiera hecho lo opuesto: recortar el presupuesto a los militares, aun más que lo que hizo Menem en Argentina.
 
Lagos adquirió armas por 2.500 millones de dólares durante su mandato y "pasará a la historia como el mandatario que más armamento le ha comprado a nuestras Fuerzas Armadas en las últimas décadas", informó El Mostrador. Siempre hay buenas excusas: resulta que para el oficialismo es "razonable el gasto militar debido a la inestabilidad de los vecinos del norte con Humala, en Perú, con quien existe una crisis surgida por la delimitación marítima exigida por Lima, y Morales, en Bolivia", con quien están rotas las relaciones por el reclamo de La Paz de una salida al océano Pacífico". Es decir, potenciales conflictos entre los "hermanos" socialistas.
 
Pero, probablemente, el caso más irónico sea el del "progresista" Kirchner que usa las fastuosas residencias, aviones y helicópteros presidenciales hasta para dormir la siesta, mientras casi la mitad de la población argentina está sumida en la pobreza. Al igual que Lula, tuvo un fuerte discurso anti FMI, pero fue el presidente argentino que más le pagó, al punto de que, al igual que Lula, finalmente le canceló toda la deuda. Pero al mismo tiempo dejaba de pagar a muchos jubilados tenedores de bonos incobrables del gobierno argentino.
 
Además, Kirchner es conocido por su poco respeto por la prensa. Al punto de que hace cosas como sacar, de su emisora de radio estatal al periodista "progresista" Pepe Eliaschev, no por razones ideológicas, sino porque no se le somete.
 
Ahora ha montado un show con su "hermano" el presidente socialista de Uruguay, Tabaré Vázquez, que autorizó la instalación de fábricas de papel sobre el río fronterizo lo que, según Kirchner, provocará una contaminación insalvable. El resultado es que las relaciones entre Argentina y Uruguay están muy tensas.
 
De derechos humanos, clásico de la verborragia izquierdista, hoy no se puede hablar. La médica cubana disidente, Hilda Molina y su madre enferma de 86 años no pueden salir de Cuba para conocer a sus nietos argentinos, a pesar de que Kirchner les prometió, hace más de un año, que intercedería ante su amigo, el carcelero Fidel Castro.
 
Pero lo más sintomático de Kirchner probablemente sea la reforma del Código Penal, vigente desde hace un año. Gracias a esta reforma, ya prescribieron más de una decena de causas por corrupción resonantes. Claro que en estas causas no había amigos del actual gobierno todavía, sino solo políticos enemigos, pero hay que prevenir el futuro y defender al gremio.
 
Hablando de corrupción, con dos hijos en la carrera por el sillón presidencial peruano, Isaac Humala, el padre de Ollanta y Ulises, dijo que prefería votar por Ulises ya que Ollanta "lamentablemente tiene que asumir en sus filas a políticos mosqueados y vinculados a la corrupción que son el requisito para que pueda llegar al poder".
 
Humala padre, declaró que Ollanta se distanció del "etnocacerismo" o "etnonacionalismo" (el movimiento de un nacionalismo basado en la raza) para poder llegar a la presidencia. "El objetivo es llegar al poder, sin importar los medios, incluso mediante el golpe de Estado", dijo Isaac Humala, fundador del etnocacerismo. Humala aseguró que en un eventual gobierno del etnonacionalismo solo se considerarían nacionales a las personas de color cobrizo andino, mientras que el resto serían ciudadanos peruanos.

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