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Amando de Miguel

Lengua y política

Tendríamos que oir a los dirigentes del PP: “Allí donde gobernemos, todos los niños tendrán asegurada la enseñanza pública obligatoria en castellano y en el otro idioma que sea también oficial en la comunidad”.

Cristina Falkenberg Ambrosio (Pozuelo de Alarcón, Madrid) razona que lo del “pensamiento único” [el que se adscribe al Gobierno] no es tal, puesto que hay un cierto pluralismo en los medios. Se pregunta “¿Cuántos votos hay de diferencia entre PSOE y PP? ¿No pueden dar un vuelco en la red? ¿No está empezando a importar más la sustancia que la mera comunicación?”. Vamos por partes, que decía Jack el Destripador.

Prefiero hablar de “pensamiento dominante”, precisamente porque no es “único”. La prueba es esta pantalla de LD. Pero el “pensamiento” (es un decir) afín al Gobierno domina clamorosamente, como jamás en la Historia. Es cierto que hay pocos votos potenciales de diferencia entre el PSOE y el PP (nadie sabe cuántos son), pero las graves cuestiones políticas ya no se dilucidan en el Parlamento. Mala señal es esa. Claro que podría ganar el PP, pero no si sigue con una política meliflua. Por ejemplo, tendríamos que oir a los dirigentes del PP: “Allí donde gobernemos, todos los niños tendrán asegurada la enseñanza pública obligatoria en castellano y en el otro idioma que sea también oficial en la comunidad”. Mientras no oiga esa declaración, mi voto está en el aire. No soy “indeciso”, sino que pongo condiciones; y conmigo, varios millones más de españoles.

Julio Llorente me envía una larga misiva comentando el anómalo hecho de que, por muchas barbaridades que haga Zapatero, mucha gente sigue dándole su apoyo. Lo toman como un artículo de fe, como si fuera una religión. Concluye: “Todo esto lo escribe una persona de 38 años que siempre ha votado al PSOE o al PP, alternando según las elecciones y como yo entendía que era lo mejor [en cada caso]. Dejémonos de ver la política como una religión y apliquemos más el sentido común”. Sí, señor. Eso es madurez política. El voto debe ser racional (“voto al mejor”), no emotivo (“voto a los míos”). Desgraciadamente en España vamos hacia atrás. El voto es cada vez más emotivo. Por eso hay corrupción y mediocridad en muchos gobernantes.

Alfonso González me señala el divertido episodio cuando Rajoy habló de un “bobo solemne”. En seguida se tiraron sobre él los hoplitas de Zapatero, presumiendo que la alusión al “bobo solemne” era por su jefe. ¿De dónde sacó el de Pontevedra lo del “bobo solemne”? Está muy claro, de uno de los cuadros más fascinantes del Prado. Es el retrato magistral del bufón Calabacillas debido a Velázquez. El personaje fue conocido popularmente como el Bobo de Coria. Rasgos: la mirada estrábica, la mueca de la sonrisa, las manos que se frotan sin propósito. Antes Zapatero había intentado vituperar a Rajoy con la calificación de “patriota de hojalata”. Hombre, no sé por qué va a ser despectivo ese término. Bien popular es el material. La retórica política es también el arte de insultar al adversario con gracia.

Miquel Cortadella Arch se define así: “Vengo de una familia católica, tradicional, además de catalana no nacionalista”. Intuyo que él mismo participa de esas virtudes familiares. Le sirven para dar este veredicto: “Del señor Aznar. Dios nos libre. Nos mintió a todos los españoles durante su mandato. En ningún momento se le ha visto un gesto de humildad […] Es el hazmerreir de todos los políticos europeos”. Con el deseo final de “que sobrevivan la moral y costumbres católicas” se despide “atentamente un no admirador suyo”. No sé por qué hay que insistir tanto en el catolicismo propio para emitir tantos exabruptos. Sobre las mentiras de Aznar, más bien me parece que don Miquel es el eco de la propaganda del Gobierno, del español y del catalán. Respecto a la falta de humildad de Aznar cabe registrar el hecho de que dejó el poder después de dos mandatos, tal como había anunciado. Un gesto así no es común y sí admirable, incluso para los que no alardean de católicos. Lo de que Aznar haya sido el hazmerreír de todos los políticos europeos es de chiste si lo comparamos con la egregia figura del presidente Zapatero. Lo que más me fascina es que una persona se pueda presentar como “no admirador” mío. Algún problema gorde debe tener don Miquel y me gustaría echarle una mano. Aquí estoy para lo que fuere menester.

Marco Bahón Tellechea recuerda un poemita jocoso de cuando niño que recitaban en Santander. Bien se podría aplicar ahora a los nacionalistas gallegos:

Suevos, vándalos y alanos,
como milagros rapaces,
se repartieron, audaces,
todo nuestro territorio.
Los vándalos, la oriental,
los alanos, la occidental
y a nosotros, menos mal,
que nos tocaron los suevos.

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