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Ignacio Villa

Zapatero no habla de España

En la Asamblea de Melilla, Zapatero ha hablado de educación, vivienda y hospitales pero ha omitido cualquier mención al carácter inequívocamente español de estas dos ciudades.

Zapatero, al final, no logra ocultar nunca su falta de principios. El presidente del Gobierno ha iniciado este martes una visita oficial a Ceuta y Melilla. Una promesa retrasada en varias ocasiones y que finalmente ha realizado. Una visita de la que se esperaba un mínimo contenido político y que Zapatero se ha encargado de laminar.

El presidente del Gobierno, en una actitud ofensiva para todos los españoles y especialmente para los que viven en estas dos ciudades de soberanía española, ha omitido en su intervención institucional en Melilla cualquier referencia a la españolidad de ambas plazas. Algo que sólo se puede explicar como una actitud cobarde y sumisa ante las exigencias de Marruecos.

En la Asamblea de Melilla, Zapatero ha hablado de educación, vivienda y hospitales pero ha omitido cualquier mención al carácter inequívocamente español de estas dos ciudades. Y es que el presidente ha vuelto a utilizar esa estrategia de la que es tan amigo: descargar sus mensajes de toda connotación política para evitarse problemas. Lo malo, para él, es que una visita a Ceuta o a Melilla no es como una visita a Santander o Murcia. Está muy bien eso de las infraestructuras pero, en este caso, los miles de españoles que residen estas ciudades necesitan una reafirmación de su españolidad cuando ven como Marruecos, día tras día,  reclama estas plazas y más cuando el actual Gobierno español vive sumiso ante las necesidades y peticiones de Rabat.

Además de esta negativa de Zapatero a hablar de España, desde Moncloa se han esmerado en la preparación del viaje para que no suponga un inconveniente al presidente. Se ha blindado informativamente la visita de Zapatero a Ceuta y Melilla. Es decir, no está prevista ninguna rueda de prensa en estos dos días de visita oficial. De esta forma se evitan preguntas directas y claras sobre las relaciones con Marruecos, las exigencias de Rabat y la españolidad de Ceuta y Melilla. Hay que hacer notar que, en estas visitas, la prensa local e incluso la internacional pueden plantear algunas cuestiones molestas al presidente del Gobierno, fuera del guión oficial. Cerrando el grifo de las preguntas de la prensa, se blinda la visita presidencial. De esta forma, Zapatero podrá visitar Ceuta y Melilla sin hablar de España. Nada más y nada menos.

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