Menú
Carlos Semprún Maura

El fontanero Villepin

Con Zapatero todo es fácil, y no sólo para Putin, porque es un beni-oui-oui: le dice sí a ETA, sí a Chirac, sí a Chávez, sí a Castro, sí a Erdogan, sí a Mas, sí a Mahoma, sí a Polanco... ¡no le va a decir sí a Putin!

Dominique de Villepin estuvo en Moscú para arreglar las tuberías de gas ruso. De paso dijo amén a toda la política exterior de Putin, tanto al reconocimiento oficial de la organización terrorista Hamas como a las negociaciones pacíficas y constructivas con los camaradas iraníes, para que puedan construir pacíficamente sus bombas y cohetes nucleares. Para lanzar su nuevo plan quinquenal imperialista, Putin fue primero a Madrid, o sea a lo más fácil, ya que Schröder se ha pasado de la chancillería alemana a ser apoderado de la nomenklatura rusa. En tiempos, eso se hubiera considerado un delito de alta traición. Con Zapatero todo es fácil, y no sólo para Putin, porque es un beni-oui-oui: le dice sí a ETA, sí a Chirac, sí a Chávez, sí a Castro, sí a Erdogan, sí a Mas, sí a Mahoma, sí a Polanco... ¡no le va a decir sí a Putin!

Desde que el ex funcionario del ex KGB ha dicho sí a Hamas, todos se han puesto a cantar las alabanzas de esta organización terrorista islámica, con la coartada de que ha ganado las elecciones, dando luz a la "joven democracia palestina", como pone Le Monde, cada vez más basura. Evidentemente nadie se atreve a decir que Hamas no ha ganado ninguna elección sino que ha impuesto el voto a la punta de sus fusiles. Bastaba ver los reportajes por televisión con todos los barbudos armados, más numerosos que los electores, velando por el "voto útil", para percatarse de ello. Se nos dice que Hamas se verá obligado a cambiar, a serenarse, si quiere seguir recibiendo limosnas occidentales y ser reconocida diplomáticamente, pero nadie dice que recibía y seguirá recibiendo sendas limosnas de Arabia Saudí y otros países musulmanes. Además, nadie, ni nada, les impedirá realizar un reparto de tareas: Hamas en el gobierno, y Jihad Islámica (que no ha participado en las elecciones) en la calle, poniendo bombas contra Israel. Y Villepin tan contento.

La epopeya del Clemenceau, portaviones nuclear francés, o terror dos mares a la deriva, constituye una buena imagen de lo que es Francia hoy. Imagen particularmente negra y pesimista, pero en absoluto falsa. Nadie entiende lo que ocurre, como nadie entiende lo que ocurre en Francia, ni siquiera "el hombre europeo" Villepin. Las autoridades galas decidieron descuartizar el portaviones por inútil y chocho, una forma de eutanasia brutal, y con ese objetivo le enviaron a India. ¿Por qué no descuartizarlo en Francia, donde no faltan astilleros, incluso si son cada vez más noruegos? Pero resulta que India no quiere acoger al Clemenceau ni para descuartizarlo. ¡Vade retro, Satanás! Ese navío maldito tendría demasiado amianto. Cualquiera puede imaginar que, por las fechas en las que fue construido, se utilizaba el mismo amianto en toda la construcción naval, pero el único buque apestado es el Clemenceau. Y el culebrón continúa, con pleitos, tribunales y lo que te rondaré morena.

¡Vuelven el fontanero polaco y la directiva Bolkestein! Se presenta, con una nueva redacción, al parlamento europeo, y los asnos manifiestan contra la "Europa liberal". La liberalización de los servicios ya estaba en el Tratado de Roma, y es de sentido común. Pero pedir sentido común a esos asnos, es harina de otro costal. No todos son Platero.

En Internacional

    0
    comentarios