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Amando de Miguel

Titubeos

He visto esa instalación en un hospital de renombre. En ese caso el rótulo de "estar enfermos" sería la contracción de "sala de estar para los que están enfermos de tabaquismo".

Antonio Tirado León entiende que la expresión mar de fondo resulta muy útil "para expresar cuando en una organización hay problemas de índole interna que generalmente no salen a la luz". Pregunta don Antonio si está bien dicho, para lo mismo, "mal de fondo". Pues no. Sería un trabucazo con munición de fogueo. El término meteorológico mar de fondo es el correcto. Es el momento en el que las aguas comienzan a agitarse como anticipación de olas mayores.

José María Silio plantea una duda. "He leído en diversos artículos de su sección que utiliza la palabra panoplia con el sentido de muestrario o relación de cosas. Sin embargo, en las definiciones que aparecen en el DRAE ninguna hace referencia a que se pueda utilizar de manera figurada en ese sentido". Lea con atención el segundo significado que da el DRAE: "Colección de armas ordenadamente colocadas". O la cuarta: "Tabla, generalmente en forma de escudo, donde se colocan floretes, sables y otras armas de esgrima". No resulta muy atrevido sustituir las armas por cualesquiera otras cosas que se ordenan y se exponen para su contemplación.

Antonio Olea Casas, de visita en un hospital, se quedó confuso ante el cartel que ponía en la puerta de una salita: "Estar enfermos". Se pregunta: "¿Es para que estén los enfermos? ¿Es requisito necesario estar enfermos para entrar allí? ¿Entrar allí es para ponerse enfermo?". No sé responder. Espero que algún sanitario nos lo aclare. Aun suponiendo que se tratara de una "sala de estar para los enfermos", no queda claro si a ella pueden entrar también los visitantes. ¿No será una salita para que los enfermos y todos los demás vayan a fumar? He visto esa instalación en un hospital de renombre. En ese caso el rótulo de "estar enfermos" sería la contracción de "sala de estar para los que están enfermos de tabaquismo". Supongo que con la nueva "ley sin humos" esa salita se quedará sin función.

Ismael Escuin considera "incomprensible" que yo diga "castellanoparlante", pues el español se habla, no se parla. "¿El castellano se parla? ¿Incomprensible contradicción idiomática?". Por tanto, según don Ismael habría que decir "castellanohablante". Pues mi opinión es que cabe la maravillosa vacilación de utilizar ambas formas. Parlar es tan castellano como hablar. Es más, a mí me gusta más parlar para indicar la faceta más intencionada del habla. Primera acepción del DRAE: "Parlar = revelar y decir lo que se debe callar o lo que no hay necesidad de que se sepa". Un "hablante" es simplemente el que emite sonidos, voces, palabras. El "parlante" es el que dice todo eso con sentido e incluso malicia. De ahí que haya algunas voces despectivas que se derivan de "parlar" (parlanchín, parloteo, parlaembalde, etc.). No veo por qué va a ser una "contradicción idiomática" el hecho de que "el castellano se parle". ¿Pues no decimos Parlamento? En el fondo seguimos con una peligrosa idea de que el idioma es una estructura preceptiva: lo que debe o no debe decirse o escribirse. Me encuentro muy lejos de esa convicción.

Mª Dolores Yoldi expresa una duda angustiosa. Se embarca en el ferry de Barcelona a Mallorca y lleva el coche con ella. No sabe cómo hay que decir: "¿Voy a Mallorca con el coche o voy a Mallorca en el coche?". A mí me parece que doña María Dolores "va en el ferry a Mallorca" y con ella "lleva el coche" y, se supone que otras pertenencias. No veo otra forma que describir lo que hace y que resulta más interesante contarlo. Que yo sepa, no hay una palabra o una locución que resuma lo de ir con el ferry y llevar el coche embarcado.

Javier Lizarraga manifiesta una duda muy legítima. "Estoy un poco confuso. He leído que usted tal vez se dedique al aproche estadístico y no sé si soy muy ignorante, si usted nos está tomando el pelo o si está criticando con cierta ironía a quienes, creyendo dar un toque de distinción a sus palabras, utilizan cada vez más el spanglish". Pues ninguna de las tres cosas, ya ve, don Javier. Me gusta mucho la palabra aproche, que no viene del inglés sino del francés, y fue incorporada, en plural, a la jerga militar hace mucho tiempo. Los aproches son el conjunto de obras y esfuerzos que se hacen en la ofensiva para conquistar una posición. Bien puede valer, en singular, el aproche para designar cada una de esas acciones, que serían algo así como métodos. En mi caso observo que abandono un poco el "aproche estadístico" de mis trabajos para pasar, cada vez más, al "aproche literario". Lo demuestra esta seccioncilla de mis amores. Me inclino, incluso, a transitar por "la avenida de la ficción" (frase que extraña a don Javier), esto es, por la vía de la novela. Sigo en esto a mi maestro Miguel de Unamuno. Soy un discípulo tan fiel del vasco de Salamanca que, en cuestión de contenidos, cada vez estoy más en desacuerdo con él. Pero me fascina el uso que hace Unamuno de la novela para expresar sus ideas.

Jaume Calatayud duda entre "hay para dar y tomar" o "hay para dar y vender". La primera es la correcta. "Para dar y tomar" es tanto como decir en abundancia. No tiene mayor misterio.

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