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Juan Carlos Girauta

La hora de la calle

Admitamos que ERC es capaz de sacar a la calle a más de cien mil personas. Bien. Tienen más o menos los mismos votantes que el PP en Cataluña. Y menos militantes. Si ha llegado la hora de la calle, salgamos todos.

En un mismo día, dos perlas de Artur Mas: por un lado, reconoce que, en Cataluña, el sistema educativo debe tratar al castellano igual que al japonés. De acuerdo, pero entonces dejen de acusar de mentirosos a los que denuncian exactamente eso. Por otro, le dice al PP que "tome nota" tras la manifestación de ayer en Barcelona, acto implícitamente reivindicativo de la autodeterminación que, al consumarse, se reveló explícitamente reivindicativo de la independencia.

Es curioso que esa mani, organizada en contra del proyecto estatutario pactado por socialistas y convergentes, haya complacido tanto al líder convergente y le haya parecido "razonable" al líder socialista. Ni uno ni otro han desaprovechado la ocasión para dirigir la demostración, a la que no acudieron, contra el PP. Tampoco Carod, que la capitalizó de principio a fin. En cuanto a los comunistas vergonzantes, quieren montar otra, unitaria de verdad y dirigida clara y abiertamente contra los populares.

Los votantes, y aun los ocasionales defensores del Partido Popular en Cataluña (que no es lo mismo que el Partido Popular de Cataluña) vamos a recibir en dosis industriales lo que ya venimos recibiendo sufridamente desde hace años: presiones, insultos, vetos, estigmatización, exclusión, odio, ira. Mientras tanto, constatamos cómo Mariano Rajoy, cuyas actitudes fueron tildadas recientemente de "asquerosas" por el moderadísimo Mas, se empeña en mantener al frente de su organización catalana a un hombre que aprueba ciertas partes del estatuto, que advierte en otras semejanzas con sus propias propuestas y que ha errado flagrantemente en todos sus pronósticos acerca del proceso disgregador. Un hombre que, asistido por un par de nacionalistas, únicos miembros del aparato de los que se fía, responde a las amenazas abiertas destacando que medio gobierno catalán se ha pronunciado públicamente contra el otro medio. Cosa que, siendo cierta, no parece estar a la altura. Es como si, tras ser atracado, uno reaccionara denunciando en comisaría la inadecuada vestimenta del asaltante. ¿Pero es que no se entera, Piqué? ¡Nos están amenazando! ¿A quién representa usted?

Dejando aparte la broma de las 500 entidades, admitamos que ERC es capaz de sacar a la calle a más de cien mil personas. Bien. Tienen más o menos los mismos votantes que el PP en Cataluña. Y menos militantes. Si ha llegado la hora de la calle, salgamos todos. Y si a Piqué le da miedo, que se largue con viento fresco. Y si le da miedo a Rajoy... habrá dejado de representar y de proteger a los ciudadanos de Cataluña que defendemos la idea de España. Y que nos estamos quedando solos. Eso sí, en el Círculo Ecuestre lo tratarán mejor.

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